Días de furia

Por culpa de sus fechorías, a este gobierno le hace aguas por todos lados. Y aunque la población tiene múltiples razones para actuar como el William Foster de Joel Schumacher (Falling Down, 1993), al “enfrentar las adversidades de forma violenta”, lo cierto es que los chihuahuenses no lo han hecho por al menos un par de razones: todavía existen quienes creemos en la civilidad política y porque, después del desprestigio de la política a cargo de los malos políticos, existen quienes han caído, paulatinamente y por desgracia, al río del desencanto. En este caso, parece, el hartazgo es tan sólo una estación a la que todos los habitantes de Chihuahua hemos llegado, pero desde este punto de partida las rutas asumidas se bifurcan.

Para que esto último ocurra, ha sido necesaria la intriga y las cajas chinas que se montan desde el palacio de gobierno, como en el caso de los habitantes de Rinconadas Los Nogales, cuyos afectados están divididos en dos bandos más o menos visibles pero que comparten un sólo problema: la afectación de su salud por la contaminación de metales que nadie en el gobierno duartista quiere atender en serio. El episodio recuerda el Divide et impera (Divide y vencerás) del cesarismo reinante. Algunos de esos afectados se instalaron en un plantón indefinido frente al palacio del cacique, luego de que otros hicieran bloqueos a las vialidades en semanas pasadas por falta de respuestas.

Por los días que corren también se reveló la existencia de 850 aviadores en el estado, mientras que jubilados y pensionados de la Sección 42, instancia frecuentemente utilizada por los gobiernos estatales como caja de resonancia electoral, protestaban contra el descuento, inusitado y arbitrario, que les aplicó en un bono navideño la dirigencia magisterial. Ni el extitular de Pensiones, Marcelo González Tachiquín (sí, el secretario de Educación que envió de vacaciones a los estudiantes antes de tiempo para que no anduvieran protestando contra su jefecito Duarte), ni Sergio Martínez Garza, el sustituto de Tachiquín en aquella dependencia, parecen tener por ahora el control para resolver ambos conflictos.

Y el que de plano se mete en problemas en algo tan elemental, por su incapacidad para hacer política, ya no digamos para gobernar, es el pececito ballezano, Javier Garfio, pues más allá de las versiones encontradas de si fue hombre o mujer la persona que lo encaró por su falta de consideración al llegar retrasado al partido inaugural de la liga de basquetbol, el punto es que en lugar de conciliar con el respetable, terminó enfrentándose con éste. Claro, como todo hombrecito de mirada corta, luego lo negó todo y acusó a los ciudadanos de irrespetuosos.

Pero hacerle frente a esta tiranía desde la ciudadanía organizada es otra forma de darle consecuencia al hartazgo que todos padecemos. Después de la visita de Peña Nieto a Juárez –con el marrullero recibimiento que Duarte que le vendió precisamente a la prensa vendida para hacerlo aparecer como un espaldarazo descomunal–, Unión Ciudadana acudió al Senado de la República para afianzar su posición ante lo legisladores, cuyo número en apoyo ya creció a 66. El viernes se efectuará en Ciudad Juárez la asamblea constitutiva del movimiento, y en las semanas sucesivas, se reproducirá esta actividad en otras regiones del estado.

La marcha plural de quienes creemos que este gobierno merece ser derrocado ya, avanza. Y la suma proviene, justamente, de todos los hombres y mujeres que, hartos de la situación, escogieron el camino de luchar contra el duartismo.