Un portal digital que se ostenta como la alternativa de Chihuahua no perdió la oportunidad de mostrarse adulador de César Duarte en el trillado tema de las columnas políticas periodísticas y la materia de que se ocupan, ciertamente en algunos casos conjeturando. Esto es lógico –y la palabra filtración lo subraya– cuando el poder público falta a su obligación de mantener informada a la sociedad de sus decisiones, pues es una obviedad que en ellas está el interés directo e indirecto de todos.
La materia que empleó el “alternativo” fue una pregunta que se le hizo a César Duarte sobre la estancia de Jaime Herrera en la Secretaría de Hacienda, confesión pública de un conflicto de intereses que prevalece a ciencia y paciencia de todos. Supuestamente empleó esa parte de la inteligencia que es la astucia para revirar al periodista preguntón y requerirlo de fuentes, lo que a los oídos del medio digital le pareció una frase de importancia local, nacional y hasta mundial. La barbería no tiene límites.
Y es delicado que estas cosas se presenten con un cierto espíritu de persuasor a sueldo, aquí sí, sin duda, aparentando una inteligencia superior. El tema en sí es ciertamente delicado, pero a mi juicio resoluble de manera relativamente compleja. El columnista político, hablo de los que hacen de este oficio un ejercicio serio, tiene toda la libertad para expresarse, para construir hipótesis, conjeturar, obtener de indicios conclusiones plausibles y, en este marco, contribuir de manera importante al debate político. Entiendo que cuando este ejercicio se ve afectado por un error garrafal, la aclaración obliga, es la única forma de que al periodista se le tome desde una óptica comprometida con la verdad.
¿Pero dónde está la genialidad cuando Duarte requiere fuentes? Sobre todo si nos hacemos cargo de que el gobierno, con un gasto multimillonario y ofensivo, nutre lo que publica en los medios, redacta columnas y tiene un stock de editorialistas tan falaces que los lectores, cuando los leen, los interpretan justo a contrario sensu. En el tema concreto que nos ocupa, se rebate con la frase recurrente del cacique mayor de que nadie está seguro en su puesto y que los chanates pueden caer de la alambrada. ¿Dónde está la genialidad? El periodista la encuentra artificialmente para blandir su navaja de peluquero y deslizarla por la barba de don César, precisamente La fontana de oro del periodismo.
Claramente, y esto no significa que sin dificultad la libertad de expresión que empieza a solidificar a partir de la Constitución de 1857, siempre ha estado –cuando hace de la rectitud su lema– en contradicción permanente de los que ejercen el poder de cualquier tipo. Es una libertad que se conquista a diario y centímetro a centímetro. Por eso extraña que ya la categoría de filtración haya cobrado carta de ciudadanía aquí en México, porque si algo hay contrario a la información concebida en rigor, es precisamente que los medios se amamanten de lo que escurre de las oficinas donde tiene su asiento el poder. Donde sí no se midió el “alternativo” es cuando dice que esto es “el juego que todos jugamos”. Por qué mejor no declara enfático que es su juego y que además cobra al erario por hacerlo. ¿Que tiene el derecho? Sin duda, pero que no se envuelva en la bandera de un apostolado que no le queda.
Dado a presentarse como “alternativo”, termina su discurso diciendo que citar o no la fuente eso sí es un dilema. Todos sabemos que hay periodistas íntegros, honrados, algunos a los que les ha costado la vida conducirse con la verdad e independencia del poder, que se han reservado citar sus fuentes –sin dilemas propios de Hamlet– y tienen todo el derecho a hacerlo. En todo caso y cuando el periodismo se reduce a industria, pagos en sobre lacrado, no hay dilema alguno, sino la cobardía de no querer decir quién lo dijo y por el terrible temor a quedar mal con Dios y con el Diablo.
Es la tragedia de hacer periodismo como si el mismo se redujera a una relación entre el poder y los medios, porque uno se pregunta: ¿y la sociedad, los ciudadanos y los derechos qué?
La diez cosas que debes saber del Vivebús
Ahora que se ha anunciado la reversa en el proyecto del tan llevado y traído modelo de movilidad sustentable en Chihuahua, y sobre todo que se elevarán las tarifas a 6 pesos en la troncal, oootros 6 pesos en las alimentadoras y que por fin nuestro peso tendrá poder liberatorio de pago, conviene que usted sepa el número exacto de cosas que debe saber sobre el Vivebús y que diversos periodistas han ido confeccionando en mérito de elaborar una síntesis de lo que es un fracaso a todas luces, que sólo beneficia a quienes ejecutaron la obra y al charro de la CTM, Jorge Doroteo Zapata. Al grano:
1. Se hizo de la CTC una sociedad inviable porque en ella conviven intereses y conflictos irresolubles, entre otras razones porque el gobierno no puede regular a los integrantes de su sector obrero.
2. Gran atraso en la construcción de las innecesarias estaciones y el carril que empezó confinado y ahora es abierto parcialmente, con las consecuencias que tenemos a la vista en confusión y accidentes.
3. Aprovechar políticamente la inauguración con fines populistas y electoreros.
4. Estudios que habían llegado a conclusiones para una sociedad que ha evolucionado vertiginosamente y que no se actualizaron.
5. Adquisición de unidades de capacidad insuficiente que obliga a viajar en riesgo pernamente de pie, lo que ya arroja una buena cantidad de lesionados.
6. El sistema financiero defectuoso y a la postre inviable para hacer de la empresa una entidad sustentable. Se hizo un hoyo para tapar otro más grande, cuando a la hora de la inauguración funcionó gratuitamente.
7. El sistema de tarjetas de pago no se realizó con la debida antelación y hay una discrecionalidad absoluta cuando se otorgan las preferenciales.
8. Y promesas y promesas de que “ya pronto” se arreglará, pero en realidad las soluciones no aparecen por ningún lado. Ni requisa, ni auditorías, ni voluntad regulatoria e impago a muchos concesionarios que han visto transcurrir los meses sin ingresos.
9. Negociación secreta entre las corporaciones del tipo de la CTM y una caterva gobiernista desinformada de la que forma parte Gustavo Morales, director de Transporte,que llegó con muchas pretensiones y en realidad no ha servido para nada.
10. Que el gobierno está pensando en todo lo que le conviene y usted, usuario, no está en esa agenda.
Se les llama chayoteros no?