No queda de otra: hay que machacar y machacar que el problema de la inseguridad que padece el estado de Chihuahua es, por decir lo menos, superlativo. En unas cuantas horas no es hemos dado cuenta que llegamos al escalofriante dato de que hay días que asesinan a una persona por hora; también que la Guardia Nacional patrulla, cuando lo hace, pero no disuade. Y que el gobierno estatal con Peniche Y Aparicio es una especie de adefesio que no sirve absolutamente para nada. 

Pero encima de eso no se ve que surja una alternativa que ponga la corrección o marque decisiones que permitan ver una perspectiva de salida y superación acorde a los intereses de reconstruir una paz con justicia que la sociedad reclama y se merece.