La pregunta del reportero de El Universal, Ricardo Gómez, a César Duarte, prueba a ser persuasiva:
—El PRI perdió, ¿se siente culpable?
—¿Por qué? –responde Duarte Jáquez–, si yo estuviera entregando un estado hecho cenizas, seguramente me sentiría responsable.
—Pero, ¿no es así?
—Por supuesto que no.
La fanfarronería, en cierto modo, hasta puede estar contagiada de virtudes, provocar risa, relajar momentos de tensión y se toma como lo que es. En cambio el cinismo, el que tiene que cruzar por el doloroso filtro de las víctimas, los rezagados, los náufragos de una administración ausente de democracia, corrupta, ambiciosa y ladrona, no puede pasar desapercibido y tiene sus consecuencias. Ahí está el 5 de junio: los lesionados del duartismo, propios y extraños, le propinaron un revés electoral al priísmo mafioso y caciquil de Chihuahua. Esa es la respuesta que Duarte Jáquez pretende borrar de su minúscula memoria –la que intenta endilgarle a la mayoría de los chihuahuenses que lo castigó en las urnas– en entrevista que publica hoy El Universal, tanto en video como en formato escrito.
La entrevista, que a decir de las preguntas en varios momentos parece una alfombra tapizada para que el cacique en agonía de Chihuahua procure sus últimos desplantes de lo que en realidad refleja su decadencia política, es una más de las que integran su campaña mediática para limpiar su imagen.
Pero le ha faltado creatividad, se ha vuelto tan repetitivo que ya prácticamente se reseñan su palabras por la pura inercia de averiguar qué nuevas mentiras arrojará: otra vez asume falsamente que pacificó Chihuahua, que ningún joven ha sido excluido escolarmente, que la economía y el empleo están bollantes, y que –la más absurda de todas– Chihuahua no tiene deuda. La única novedad es que busca hacerse la víctima al “revelar” que durante su campaña política a la gubernatura no sólo fue objeto de amenazas por parte del crimen organizado, sino de atentados contra su vida.
Con la mano en la cintura, la realidad lo desmiente casi con el simple hojeo crítico de la prensa estatal y nacional: Chihuahua, después de las elecciones del 5 de junio, ha venido sufriendo un repunte en la violencia, persisten los feminicidios, el estado se localiza entre los cuatros estados con mayor incidencia de robo de vehículos y la sierra es un polvorín, producto de las actividades del narcotráfico.
Financieramente nos quiere ver la cara con un dejo de conformismo: dice que recibió 22 mil millones de pesos de deuda, pero que él dejará 23 mil 899 millones; o sea, que “sólo” dejará un poco más de 1 mil millones más. En los hechos, resulta pues que ni siquiera combatió la deuda que Reyes Baeza le heredó y que, por el contrario, le sumó 1 mil millones más. Esa es la lógica enfermiza de Duarte.
—¿Es apenas un porcentaje…? –cuestiona sobre el mismo tema, condescendiente, el reportero.
—Muy mínimo –responde, ya casi como una letanía, el cacique.
Por eso digo: el cinismo es insultante.
Es absurdo . La inconsciencia del SR. DUARTE….
Es increible como en un solo hombre puede acumularse tanta grasa, tanto poder, tanto cinísmo, tanta corrupción, tanta impunidad, tanta egolatría, avaricia, locura y estupidez. Lo más increible es que por más de cinco años convivió con usted y con usted y con usted y fueron muy pocos los valientes que hartos evidenciaron la tanta grasa, la tanta corrupción, la tan……..
en la primer entrevista que le hacen al Parralito en el programa tragaluz le preguntan expresamente «cómo mide su desempeño?», a lo que él contesta «acabamos de pasar una elección en el estado y los ciudadanos aprobaron a mi partido», luego en la última entrevista que le hacen en el mismo programa le preguntan «ha medido el daño que le causó a la marca PRI?» y entonces sí completamente extrañado finge no entender la relación entre él y los resultados de la elección., en fin, respuestas de un cerebro diminuto.