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Para desgracia de todos, la censura está presente y actuante entre nosotros. Aún hay temas tabú que los directores de la prensa escrita –obviamente que toda lo es– han convertido en intratables. Y cuando me refiero a esta prensa es porque sobre ella, a lo largo de los últimos siglos, ha pesado esta lacra empeñada en que sólo la verdad oficial circule, se conozca. Es la verdad del Estado, y más que esto de los que están al frente de las instituciones y se consideran prácticamente sagrados, acrecentando esta calidad el uso de recursos de origen fiscal para comprar y amordazar. Entre nosotros a esto se le conoce coloquialmente como el chayote. El día de ayer las ausencias de varias plumas en este tipo de prensa dio cuenta puntual de que la calamidad de la censura hace sus estragos.

Probablemente quienes deciden qué se publica y qué no se publica, están interesados en que al presidente de la república hay que pintarle un mundo color de rosa, así sea para la supuesta mejor gloria de un gobierno caciquil como el que padecemos en esta región del país. Ahora le ha tocado al escritor, poeta y novelista Alfredo Espinosa sufrir el desprecio por sus textos. Será quizá porque cuando él externa una opinión política crítica y pertinente, se le quiere mandar decir que para él hay un espacio reservado para otros temas como el erotismo, que las mentes estrechas no alcanzan a comprender su profundo sentido de cuestionamiento a nuestra sociedad, el escepticismo y la disolvencia a la que se refiere. Esta prensa en el pecado lleva la penitencia, y lo digo así porque creo que son las metáforas que bienentienden los censores.

En solidaridad con Espinosa lo llamamos a deponer su tristeza porque no se la merecen quienes mutilan su pensamiento y reproducimos completo el texto atracado. Por cierto que por las redes sociales el artículo ha circulado profusamente para demostrar, sin haber sido ese su propósito, que la comunicación democrática es una necesidad para edificar una democracia consolidada, de la que al parecer estamos aún bastante lejos. No en balde el próximo miércoles 4 de junio, a las seis de la tarde, se constituirá el capítulo Chihuahua del Frente por la Comunicación Democrática, que busca precisamente que el haz de libertades públicas que tienen que ver con la libertad de pensamiento y su expresión no se vea menoscabado por este tipo de hechos bochornosos y primitivos.

 

Diez preguntas a las autoridades políticas de Chihuahua

La gran mayoría de los ciudadanos hemos arribado a la conclusión de que el sistema político mexicano es uno de los mayores problemas que nuestra sociedad posee. Este Estado, así como sus partidos políticos, son ineficientes y onerosos. Se han convertido en un fardo difícil de cargar, alimentar, y de educar en un intento de corregirlos. Octavio Paz, hace treinta años, le había diagnosticado a este ogro que alguna vez se soñó filantrópico una enfermedad semejante a la esclerosis múltiple. Ahora es claro que la patología que mejor los describe es la sociopatía.

Entre las desafortunadas acciones de gobierno, dos se cuentan entre las más importantes: La primera consiste en fallar en sus responsabilidades frente a los ciudadanos quienes los legitiman en el poder y les encomiendan candorosamente hacernos menos difícil la vida a través de proporcionar trabajo, vivienda, educación, seguridad. Pero estas dotaciones de derechos ciudadanos no resultan viables en un clima político que cada día pierde estabilidad, democracia, transparencia y crecimiento.

Y por otro lado, los gobiernos suelen hacer negocios de toda acción que emprendan beneficiando al grupo de intereses, a la trama financiera que colaboraron llevándolos al poder. ¿Por qué resultan tan atractivos los puestos políticos? ¿Qué vende el poder?: la impunidad es, indudablemente, su lingote de oro. Dueños de la ley, encuentran en ella su botín. Los demás productos en venta son los grandes negocios con inversionistas (los oleoductos, las minas…), con los carteles, las obras públicas (como el Vivebus), hasta la venta de puestos públicos (“no me des, solo ponme donde haiga”), el tráfico influencias, el diezmo en cada acción que lleven a cabo…

Los ciudadanos también debemos realizar nuestra campaña. Y el objetivo de esa campaña es declarar nuestro malestar por el tipo de gobiernos que logran erigirse subidos en nuestros hombros. Es importante decir lo que nos agravia y ofende de esa clase de privilegiados que en tiempo de campaña mendigan nuestro voto. Mientras que el poder político se monopolice e intente controlar todo, como el actual, menor democracia existe. Solo ejercitando sus libertades, los individuos democratizamos a la sociedad.

Estas son las primeras cinco preguntas:

1.- En el Aero Show murieron nueve personas y aproximadamente un ciento resultaron lesionadas. Esta tragedia pudo evitarse. Tras esta desgracia, al caerse el teatro político en la Presa del Rejón en cuyo extraordinario escenario se despediría, triunfante, Adán Quezada, presidente municipal de la ciudad de Chihuahua, quedó al descubierto la enorme corrupción de ese equipo y sus secuaces.

El Aero Show es emblemático porque muestra, en todo su mísero esplendor, el modo en que el poder político se comporta para hacerse de recursos ilícitos. Funcionarios y amigos empresarios, dueños de la Ley y de la impunidad, se repartieron las ganancias levantando, de la noche a la mañana, y de la nada, empresas que sostendrían ese teatrito.

El teatro se cayó. Una trocota arremetió contra la multitud. Panchito, el chofer, está en la cárcel. La CNDH mandó sus recomendaciones. Duarte, más con ganas de golpear a Quezada, que de cumplir con ellas, las aceptó. ¿Qué se ha hecho? Una disculpa sin aceptación de la culpa y sin indicios de fincar responsabilidades. Se repartió un millón de pesos a las víctimas. Uta.

Los funcionarios y los empresarios responsables de esta tragedia no han sido tocados ni con el pétalo de un citatorio.

¿Quedarán impunes los responsables, políticos y empresarios? ¿Habrá, algún día, transparencia en las “licitaciones” de los “proveedores” de los gobiernos? ¿Habrá justicia para los lesionados y los deudos?

2.- El gobierno de César Duarte acumula desde sus primeros meses de gobierno un enorme desprestigio, mayor, indudablemente que sus antecesores. Y una de las causas de esta debacle son sus comportamientos privados que se han colado a la información pública. Sus excesos han sido monumentales: cumplió cincuenta años y Juanga le cantó “Las mañanitas”. El vino de su preferencia es Petrus, cuya botella nos cuesta 80,000,00 (ochenta mil pesos). Tiene caballos pura sangre que beben agua bendita. Se han identificado sus preferencias de inversionista en farmacias, ranchos, cabezas de ganado, hoteles, etc. Tal parece que enriquecerse desaforadamente ha sido su pasión, y vivir con excesos su ambición.

¿Aceptaría el gobernador Duarte, en el marco de la Cultura de la legalidad, una comisión de ciudadanos para que sean revisadas sus cuentas privadas y determinar si existe o no, un enriquecimiento ilícito y desmedido?

3.- Las Secretarías de Comunicación Social del Estado y del Municipio, de hoy y de ayer, se han manejado con extrema opacidad. Los medios de comunicación (físicos y electrónicos) publican los sucesos del circuito oficial del poder político. Su cometido es convertir a un puñado de políticos en aladides del pueblo. Su estrategia es hacer pasar como opinión pública la voz del poder.

Por supuesto que existe el chayote, las concertaciones, los moches, y los negocios. El primer cliente de los medios son los gobiernos y son éstos quienes determinan, en casi todos los medios, su línea editorial y se reserva el derecho de decidir qué se publica y qué no.

El intento del Presidente Peña por cerrarnos las redes, denota la exasperación del poder político por evitar la voz de los ciudadanos que, en general, deploran y padecen el ejercicio de esos poderes que siempre resultan contrarios a sus aspiraciones. La política es el Mal.

Existe un contraste definitivo en lo que publican esos medios y lo que publicamos los ciudadanos en las redes sociales. En los medios, los políticos sonríen y dicen frases que se publicitan como célebres. En las redes, los políticos son objeto de las más groseras descalificaciones. Hay regocijo y esperanza en los primeros; enojo e impotencia en los segundos. La realidad del ciudadano común no transita por esos medios. La realidad atropella al ciudadano.

¿Podremos saber, con precisión, -del mismo modo que sabemos que los periodistas de Televisa son pagados por el Gobierno Federal – los sueldos, compensaciones secretas, o apoyo a los negocios de estas empresas periodísticas, que se pagan por realizar tareas de mantener a los gobiernos en una burbuja lejos de las púas de la realidad, y el permanente remozamiento de los personajes ególatras? ¿Cuánto nos cuesta a los chihuahuenses mantener silenciada a la prensa? ¿Cuánto cuesta esa vana tarea de mantener a flote a un gobierno que va en picada?

4.- Mariela Castro Flores pregunta: ¿Por qué se sigue matando a las mujeres? ¿Por qué a pesar de tener identificadas las áreas específicas donde las jóvenes desaparecen no se implementan operativos permanentes de vigilancia para evitar su sustracción? ¿Por qué no se considera como línea de investigación ni se reconoce que Chihuahua- Ciudad Juárez se encuentran dentro de la línea de trata de personas con fines de explotación sexual más grande del país, que supera incluso, la que se traza de Centroamérica-Sureste de México? ¿Por qué a los casos denunciados de violencia intrafamiliar no se les conceden órdenes de restricción de manera expedita cuando se acredita el peligro inminente? Y cuando si se otorgan ¿Por qué la autoridad no prioriza la protección a la víctima ni genera marcos terapéuticos de seguimiento para los hijos e hijas de los agresores y sus madres? ¿Por qué la resistencia de esta administración a reconocer que el feminicidio es un problema social de alto costo humano al que le urge inmediata atención y altas dosis de sensibilización de parte de la autoridad para que permee un verdadero cambio social?

5.- Los artistas locales somos víctimas de las adversidades de estas tierras bárbaras. Su menosprecio e indiferencia por la cultura es ancestral y legendaria. Ignoran que un poema puede ser más trascendente que cualquier discurso del Congreso. El acto creativo sabe de la fragilidad de la vida y la defiende. Creer en el arte es apostar por un mundo mejor, más democrático y justo.

Existen demasiados políticos y muy pocos escritores. Los primeros salen demasiado caros; los artistas casi gratis. Todo en nuestra sociedad es inequitativo e injusto: con un sueldo de un diputado pueden sobrevivir diez poetas y sus familias; con un sueldo de algún funcionario público, una compañía de teatro. Con alguna riqueza inexplicable aplicada a la cultura se viviría el esplendor de Atenas en Chihuahua.

Existen demasiadas oficinas recaudatorias y muy pocos museos y galerías. No existe ningún estudio acerca de la historia del arte en Chihuahua. No existe la Biblioteca de Chihuahua que recopile y recupere sus libros fundamentales y sus artistas mayores. No hay una compañía de teatro, ni de danza. No hay producción de películas. No existe centro para creadores e investigadores culturales. ¿Para qué?, parecen preguntarse los funcionarios, si ya no importa eso del fortalecimiento espiritual de los pueblos, la soberanía de la nación, la identidad, las raíces regionales, etc.

Es evidente la pobreza conceptual que posee los gobiernos actuales (que por cierto, cada vez de menor nivel educativo y cultural) respecto a la cultura y el arte. Piensan que un artista es el que sale en la tele y canta en palenques.

Autoridades: ¿Por qué razón han mantenido a los artistas chihuahuenses en el olvido, sin considerar que sus trabajos son trabajos arduos y socialmente requeridos, y permanentemente alejados de los estímulos que les permita sobrevivir? También los poetas comen. ¿Por qué no han sido aprovechados como uno de los hilos para remendar el dañado tejido social. ¿Existen licitaciones para realizar los bodrios de fierro vaciado (la Tarahumara, y el Policía) que ha realizado Lourdes Treviso –que no es escultora, definitivamente-, por ejemplo, y cuales son las razones para aceptar esos atentados contra la estética de la ciudad?”.