pena-nieto-guachochi2-3jun2014

Con la dificultad que le resulta ser segundo de a bordo y experto en mitos, el cacique mayor se equivocó al llamar a Peña Nieto presidente chabochi. Ballezano y todo, olvidó que chabochi es el diablo de los blancos. De esos blancos que hace algunos siglos redujeron a sangre y fuego la rebelión de los pueblos originarios que poblaban el actual territorio de Chihuahua, sometidos en los términos que recientemente expuso en un brillante artículo el historiador Víctor Orozco. Es suficiente que el chabochi Duarte le diga a los rarámuris que Peña Nieto tiene esa calidad para que en lo más recóndito de nuestras sierras se recele sobre los reales motivos de uno más de los intentos asistencialistas y clientelares que han movido las políticas de gobierno hacia los pueblos indígenas que se debaten en la pobreza extrema. La escenografía, además, contribuyó a darle claridad al discurso del cacique mayor: despliegue militar enorme, atropellos de los miembros del Estado Mayor Presidencial que ahora lastimó hasta a los diputados locales del PRI, que fueron removidos de sus asientos y a la mismísima diva y senadora priísta Lilia Merodio. Los chabochi llegan a nuestras etnias armados hasta los dientes y a ofrecer las ventajas que antaño les llevaron los colonialistas españoles, después los que destruyeron sus comunidades, más adelante quienes los despojaron de sus bosques, minas y tierras; y ahora pretenden hacer de la sierra tarahumara un atractivo turístico de primer mundo, con grandes hoteles, campos de golf y con indígenas lo más lejos posible o convertidos en mexican curious. Todo un desarrollo excluyente, de espaldas a las autonomías que debieran actuar para la defensa real de los intereses de rarámuris, pimas, tepehuanes, guarijíos. Y cuando digo desarrollo excluyente, pienso en desarrollo chabochi, presidente y gobernador chabochi, ni más ni menos.

Como suele suceder en estos casos, hubo muchos taparrabos y mantas nuevas cubriendo cuerpos humanos. Peña Nieto volvió a aparecer en su calidad de Tawa, la vieja e imperial revista sobre un mundo indígena absolutamente maquillado, y desde luego abrigado por quienes llegan para engañar y seguir medrando de un colonialismo que para nuestros pueblos originarios no ha terminado.

Si no se le da curso a un nuevo proyecto de autonomía étnica, hechos como el de ayer, en el corazón mismo de la sierra tarahumara, dentro de un año, cinco, diez o más, vendrán de nuevo los chabochis con sus mentiras. Y es que para ellos sin duda el chabochi es en la dualidad del mito el diablo blanco, el que miente, el que engaña, destruye y depreda.

Es probable que Duarte registre sus derechos de autor sobre la frase “que el cielo bendiga a Peña Nieto”, así sea por lo que resta del sexenio, el de Duarte of course.

 

Yo, Juan Carlos I, Rey de España…

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…de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias (referido a Nápoles y Sicilia), de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Menorca, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales y de las Islas y Tierra Firme del Mar Océano; Rey de Hungría, Dalmacia y Croacia, Duque de Limburgo, Lotaringia, Luxemburgo, Güeldres, Estiria, Carniola, Carintia y Württemberg, Landgrave de Alsacia, Príncipe de Suabia, Conde Palatino de Borgoña, Conde de Artois, Hainaut, Namur, Gorizia, Ferrete y Kyburgo, Marqués de Oristán y Gocíano, Margrave del Sacro Imperio Romano y Burgau, Señor de Salins, Malinas, la Marca Eslovena, Pordenone y Trípoli; Archiduque de Austria; Duque de Borgoña, Brabante, Milán, Atenas y Neopatria; Conde de Habsburgo, Flandes, el Tirol, el Rosellón y Barcelona; Señor de Vizcaya y Molina; Rey Católico (o Su Católica Majestad), Capitán General de las Fuerzas Armadas, de las que ostenta el mando supremo; Soberano Gran Maestre de la Insigne Orden del Toisón de Oro; Gran Maestre de la Real y Distinguida Orden de Carlos III; Gran Maestre de la Real Orden de Isabel la Católica; Gran Maestre de la Orden del Mérito Civil; Gran Maestre de la Orden de Alfonso X el Sabio; Gran Maestre de la Orden de San Raimundo de Peñafort; Gran Maestre de las órdenes militares de Montesa, Alcántara, Calatrava y Santiago, así como de otras órdenes militares menores o condecoraciones de España; Caballero de la Orden de San Javier, la Orden de San Jenaro, la Orden de la Anunciación, la Orden de la Jarretera y Orden del Imperio Británico; Bailío Gran Cruz de Justicia con Collar de la Orden de Constantino y Jorge de Grecia, y Honor y Devoción de la Soberana Orden de Malta; Gran Collar de la Orden de la Reina de Saba (Imperio etíope) y de la Orden de Pahlaví (Imperio de Irán); Gran Cordón de la Suprema Orden del Crisantemo del Estado de Japón; Gran Cruz de la Legión de Honor y de la Orden Nacional del Mérito; Hermano Mayor de la Hermandad del Santo Entierro de Sevilla y de las Reales Maestranzas de caballería de Ronda, Granada, Valencia, Sevilla y Zaragoza; Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España y de otros títulos más, abdico.

Por eso, son mejores las repúblicas.