Este fin de semana dedicaré algunas horas a recopilar algunos de los mejores textos sobre la tolerancia. Buena parte de ellos escritos al calor de las guerras de religión que asolaron la Europa anterior a la Revolución francesa. No es que de pronto me diera por recordar viejas historias, que no por eso dejan de estar vigentes en cuanto a sus lecciones. En parte, es ver la rica herencia del liberalismo político, pero al calor de un fenómeno que cada vez crece y crece entre nosotros a lo largo de los últimos años y, sobre todo, meses. Nunca como ahora, en mi experiencia personal, he visto tanta intolerancia y fanatismo político, preocupa.
Siempre he pensado que debemos respetar la diversidad, más cuando se da en esferas sensibles como la religión y la política, y considero que el hombre de izquierda, y por extensión el que profesa el socialismo, pierde mucho cuando se encierra en los dogmas y las supuestas verdades absolutas.
Para revisar experiencias históricas, encontrar raíces y las bondades de la tolerancia es que me preparo a esas lecturas, para compartirlas con los lectores de mis columnas.
REFLEXION: EN LA ESCENCIA DEL FENOMENO SOCIAL, QUE ESTAMOS VIVIENDO, SUBYACEN «RENCILLAS TAN AÑEJAS COMO LA HISTORIA DE VIDA DE CADA PERSONA, Y OBVIAMENTE, CRISTALIZAN EN UN MOMENTO CRITICO COMPLICADO PARA TODOS» Y SIN DUDA INDEPENDIENTEMENTE DE IDILOGIAS, DE CEGUERA MENTAL, ¡DE LA MISMA CONSCIENCIA ADORMECIDA!….SIN EMBARGO ES LA HORA DE DECIDIR, QUE DESTINO SEGUIR, DESPERTAR O DORMIR…..
La renuncia de Javier Corral Jurado es imperiosa por el bien de Chihuahua, de todas maneras, de manera pusilánime, abandonará la Gubernatura que los chihuahuenses democráticamente le conferimos, antes del último día de tu mandato. Esperamos que el lunes, después de ese estudio profundo, llegue a esa conclusión a la que miles de Chihuahuenses ya llegamos y más allá de ideologías, sentemos un precedente, Gobernante que no nos sirve, se va de inmediato. A Oscar Ornelas Küchle que en verdad fue tolerante y a otros el propio Presidente de México por presión del rancio PRI, lo hizo renunciar. Hoy las cosas son diferentes, el pueblo pone y el pueblo quita y no en el momento en que manipuladores compulsivos como Javier Corral Jurado y Andrés Manuel López Obrador lo deciden, sino cuando la mayoría del pueblo pacíficamente así lo manifiesta. Tiene Usted esa titánica tarea, si a Duarte le hubiésemos puesto límites en su soberbio ejercicio del Gobierno, no hubiéramos padecido tantos males, ahora Corral está engendrando otros males peores para Chihuahua. Estamos a tiempo.
Mtro. García Chávez, Por lo que se ve, se dice y se hace la pandemia no nos va a cambiar, tal como lo dijo el filósofo francés -que nada ha cambiado y sin embargo todo existe de otra manera-, Desde antes de la pandemia. Desde que dejamos de tener certezas en lo que estaría por venir para el Estado Grande con el -nuevo amanecer- y la Nación Mexicana con el -por el bien de todos primero los pobres- se rompieron todas las ilusiones y evoluciones previstas largamente esperadas en la faustosa posibilidad de un nuevo régimen para Chihuahua y para México, todo eso se acabó.
No importa cuánto tiempo nos tome entender o asimilar la tragedia mortal y la trascendencia social de esta crisis pandémica, antes que eso, ya hemos podido comprobar cuál es el ambiente político. Mismas formas, mismos intereses, mismos objetivos. Da igual que llegue una pandemia, se pare por primera vez la economía de manera voluntaria y se hable ahora de reconstrucción, de reencuentro, de resistir, de reestructurar o de reinventarse. No hay repolítica. Recuperamos, renovamos y redoblamos el mismo tacticismo ruin al que ya estábamos acostumbrados. Da igual principios políticos: se impone por encima de la ideología la tendencia partidista, el oportunismo coorporatizador o el interés estratégico gubernamental.
El escenario político previo a la nueva normalidad ha dejado demasiado espacio a viejos aliados de la política mexicana o chihuahuense según sea el caso: el odio, la revancha y la mediocridad. Pocas cosas corrompen a un pueblo tanto como la costumbre del odio, y no se atisba intención alguna de confinar el frentismo político para aplanar la curva del fanatismo, el odio y la mediocridad.
La política ha perdido las palabras grandes. Ni habiendo mirado a los ojos a la vulnerabilidad humana en medio de esta pandemia, hemos levantado de momento la mirada para volver a la política que une. Se nos ha olvidado el dialogo, la negociación política, la solidaridad y la tolerancia.
De momento asumimos este rebrote del neo-populismo, el que se creció en las últimas convocatorias electorales. El que se ha revivido y legitimado con los más elocuentes capítulos de nuestra historia nacional y regional, y no ha venido de China por cierto.
El que se viraliza con el mal de la apropiación, hablando en nombre de un país o de una Comunidad en la que no parecen creer. Los que dan respuestas simples a problemas complejos. No olvidemos que los elegimos a los dos AMLO y CORRAL por ser como son y para hacer lo que hacen. No responden a nada, sino a la consecuencia social de haber avivado entre todo el miedo y el odio, con esas ganas de venganza y el rencor que antepone las entrañas al cerebro. Que se castiguen a los ex presidentes de México y al ex gobernador de Chihuahua…si por supuesto, pero no a productores del campo y a la población por mas sospechosa y politizadas que les parezcan sus protestas.
Mtro. García Chávez desde hace tiempo. Desde antes de la pandemia. Desde que dejamos de tener certezas en lo que está por venir y se rompieron todas las evoluciones previstas y esperadas en la faustosa esperanza de un nuevo régimen de gobierno para el estado y la federación. Todo eso se acabó.
La pandemia no nos va a cambiar. Como lo dijo el filósofo y literato francés – nada ha cambiado y sin embargo todo existe de otra manera- no importa cuánto nos tome entender o asimilar la tragedia mortal y social que significara la crisis pos-pandémica, ya hemos podido comprobar cómo sigue actuando la clase política, Mismas formas, mismos intereses, mismos objetivos.
Da igual que llegue una pandemia, se pare por primera vez la economía de manera voluntaria y se hable ahora de reconstrucción, de reencuentro, de resistir, de reestructurar o de reinventarse. No hay re-política. Recuperamos, renovamos y redoblamos el mismo tacticismo ruin al que ya estábamos acostumbrados. Da igual principios políticos: se impone por encima de la resolución pacífica de los conflictos la tendencia partidista, el no dialogo, el oportunismo o el interés estratégico gubernamental pero nunca no el interés común.
El escenario político previo a la nueva normalidad ha dejado demasiado espacio a viejos aliados de la política en el estado y el país, todos quieren parte del pastel y ya las formas y los contenidos no importan: estos son los nuevos valores de la nueva normalidad, el revanchismo político, la descalificación por sistema, la intolerancia, el odio y la mediocridad, en la nueva normalidad más de los mismo eso si, con cubrebocas y bastante gel en la manos . Pocas cosas corrompen a un pueblo tanto como la costumbre del odio y la intolerancia, y no se atisba intención alguna de confinar el frentismo político para aplanar la curva del odio, el fanatismo y la mediocridad.
La política ha perdido las palabras grandes. Ni habiendo observado a los ojos a la vulnerabilidad humana hemos levantado de momento la mirada para volver a la política que une. De momento asumimos este rebrote de neo-populismo pandémico, el que se creció en las últimas convocatorias electorales federales. El que se ha revivido y legitimado con los capítulos más elocuentes de nuestra historia y no ha venido de China. El que se viraliza con el mal de la apropiación, hablando en nombre de un país o de una Comunidad que no conocen ni entienden y lo peor en la que no creen. Los que dan respuestas simples a problemas complejos. No olvidemos que los elegimos a los dos, AMLO y CORRAL por ser como son y para hacer lo que hacen. No responden a nada, sino a la consecuencia social de haber avivado entre todo, la venganza el miedo y el odio, las buenas ideas solo fueron demagogia de esperanzas falsas, anteponiendo las entrañas al cerebro. Las grandes crisis dejan normalidades políticas complejas. Está muy bien llevar a juicio a los ex presidentes de la nación y al ex gobernador del estado, aun que solo sean botones brillantes para adornar el traje deslavado y sucio, por supuesto que si… lo que no está bien es reprimir las protestas ciudadanas por mas sospechosas e ilegitimas que le parezcan al señor presidente y al Señor gobernador.
No se puede tratar -pedagogicamente- de educar a todo un pueblo, contra la corrupción, si para hacerlo al mismo tiempo utilizas las herramientas de la intolerancia y el odio, no es posible, no se puede , no se vale, porque tarde que temprano eso terminara en revanchas y ajusticiamientos públicos fuera de la normatividad del Derecho.