El maestro Martín Chaparro, presidente de MORENA en el estado, fue enfático al disentir de las pretensiones del empresariado chihuahuense de pasar por alto tanto a partidos políticos como a las autoridades electorales, al pretender intervenir en la designación de candidatos a la gubernatura. Sus señalamientos circularon por varios medios y tienen gran pertinencia, además hacía falta que un dirigente partidario se pronunciara en torno a este delicado tema. 

Realmente detrás de la actitud empresarial están intereses económicos fuertes que ya en la pasada elección se la jugaron con el oscuro personaje conocido como “Chacho» Barraza, peón de la oligarquía local, con el cual buscaron una continuidad gubernamental para Chihuahua. En realidad son los mismos con diversa máscara, porque este personaje, adversario furibundo de López Obrador, tan pronto se inició la administración de Corral se convirtió en su asesor por designación oficial. Se dijo en su momento que no sería una carga para la nómina, pero el señor sabe hacer buen trabajo y eso no le importa, como lo denota su arribo a Aeroméxico, para lo cual no daba la talla financiera, pero… 

De todas maneras son muy pálidos los pronunciamientos, el asunto es mayor y necesita una gran cirugía. Así las cosas para los pretendientes de la silla: Cruz Pérez Cuéllar, Rafael Espino y el auto invitado Víctor Quintana; irán sin el consenso de su partido al diálogo empresarial del que, bien miradas las cosas, forman parte, aunque se vistan con ropajes diferentes.