Corrió la noticia de que Gerardo Rocha llega al cargo de vocero del Congreso del Estado de Chihuahua. Publicita currículum amplio y al parecer experiencia. Quién lo sabe. 

Pero si hubiese que agregar a los legendarios trabajos de Hércules uno realmente de imposible realización, sería darle buena imagen tanto a la institución como a sus integrantes, casi con nulas excepciones. Ni el mejor de los diseñadores, ni el más excelente mercadólogo puede colocar en el bazar político producto tan de mala calidad como para solventar buenas opiniones de los y las diputadas. 

Por razones más que obvias su tarea se antoja imposible, por una parte; y, por la otra, tratar de dar imagen de calidad a algo que no la tiene a final de cuentas se reduce a un grotesco engaño. A poco creen quienes lo nombraron que Gerardo nos va a vender a Rubén Aguilar Jiménez como un Churchill chihuahuense; quizá dé el peso, pero no más. Por eso Gerardo Rocha fracasará en el intento de aplicar make up en el caso que me ocupa. Ni Clinic, Sephora ni Revlon.