El actual Estado mexicano, y dentro de él Chihuahua, se mueve en el débil ámbito que le ha dejado la adopción del modelo neoliberal. Para éste, lo mejor es Estado mínimo, y si se puede, prácticamente un Estado que no pese, en el buen sentido de estas palabras. La información económica reciente nos proporciona un ejemplar caso del carácter sin importancia que localmente juegan las burocracias políticas enquistadas en el poder. De hecho, los gobernadores se dedican a ser jefes de las oficinas de prensa de las empresas trasnacionales para anunciar que viene un capital de allá u otra de más allá, que garantizan la paz corporativa del sindicalismo amaestrado y que cobrarán algo de impuestos; y desde luego las infaltables páginas o tomas televisivas en las que se les dota de una buena tijera para que rompan el listón inaugural. Claro que eso no es obstáculo para presumir que hacen muchas y variadas cosas, que significan poco o nada, y de ello tenemos un ejemplo reciente y tangible en el estado de Chihuahua, donde César Duarte presume un día una inversión multimillonaria y otro una inversión mucho mayor.
El ejemplo es este: el gobierno informa que las empresas de Chihuahua buscan oportunidades en China, con motivo de la novena edición de la Feria Internacional China de Pequeñas y Medianas Empresas, a celebrarse durante el mes de octubre de este año. Hay un comunicado de prensa en el que también se presume la coanfitrionía y más cosas. Pero al alimón, los hechos hablan mejor que las palabras y las promesas. Como se sabe, está en puerta la construcción de varios gasoductos, que surcarán parte de la geografía chihuahuense, con gran derrama económica, pues se trata de unas obras de altas dimensiones. Pero las conceciones fueron a dar a empresas canadienses que a su vez buscaron aliados en Italia, Venezuela, Colombia e India, y las mexicanas brillan por su ausencia, corriendo esa suerte, obviamente, las empresas instaladas aquí en Chihuahua y con capitales asentados en esta región.
Tiene razón la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) cuando se queja de que nada les tocará a los constructores de acá, y uno se pregunta, por qué es lo menos que podemos hacer, ¿dónde está el gobierno gestor que busca en China lo que ya tiene aquí, pero que no rinde frutos?, sobre todo en favor de los empresarios de la construcción que con honradez participan en este sector industrial y que se ven desalentados porque los contratos van hacia afuera, dando muestras de que este crecimiento del país hacia el extranjero tiene similitudes mayúsculas con el de las estrategias de la secretaría de fomento porfirista. Mucho dinero, muchas obras, pero ninguna para los de acá. Pero no lo dude, Duarte viajará a China en octubre, pero lo que pudo hacer aquí y ahora es cosa del pasado, de donde se desprende su nula capacidad de gestión estratégica.
Moraleja: señores empresarios, sigan creyendo en César Duarte, o háganse canadienses.
Salcido Romero: experto en make up
Acostumbrado a realizar cosas que están fuera de su ámbito competencial –en este caso correspondería a Educación–, José Migel Salcido Romero emprenderá a nombre del Supremo Tribunal de Justicia una campaña que tendrá como nombre “Soy legal, ¿y tú?”. E irán, ignoro si los magistrados y jueces, a las escuelas primarias, secundarias y desde luego al muy clientelar Colegio de Bachilleres, a disertar ante públicos que se cansan por el gran tedio, sobre violencia intrafamiliar, la violencia en el noviazgo, adicciones, bullying y toda esa agenda tan del gusto de la derecha para recrear la conservadora ética del muy romano catolicismo en decadencia. Cuando menos han tenido la decencia de no declararse los primeros en hacer esto, porque es una importación del cálido Nayarit.
Para hacer estas campañas, insisto, que debieran estar absolutamente en manos del sector educativo, se necesita autoridad moral. Porque ir preguntando, escuela por escuela, ¿y tú, eres legal?, cuando menos debiera tener el presupuesto histórico de no haber sido impuesto en el cargo, como lo fue Salcido Romero, en franca violación a la división de poderes que establece la Constitución. No les extrañe que salga por ahí el clásico Pepito al que un imaginario Salcido Romero le pregunte: ¿Tú eres legal?, y reciba por respuesta: No, presidente; yo soy derecho.
Dejo para otra entrega el comentario de cuando el Supremo Tribunal de Justicia se convirtió en Secretaría de Obras Públicas con motivo de la construcción de la Ciudad Judicial y el desvío de dinero que se da con el muy nebuloso y fuera de toda lógica en materia de finanzas públicas, Fondo Auxiliar para la Administración de Justicia, que no obstante su nombre se destina a pagar la electrificación de una obra negra, negra la obra y también el poder que la patrocina.
No, señor fiscal, anda usted muy descaminado
El escándalo Safe It sigue documentando la corrupción. La nebulosa declaración de Jorge González Nicolás, fiscal general del estado, va arrojando certidumbres en cuanto a la existencia de un contrato que benefició a Eduardo Guerrero Durán, director de los Ceresos, las razones para convenir con particulares –¡hágame usted el favor!– la seguridad de oficinas públicas encargadas de la seguridad. Sí, aunque suene a risa. Donde no tiene desperdicio su declaración es cuando expresa su desconocimiento de dichos contratos, que están en el debate público como un asunto nodal y que él desconoce, cuando debiera ser el primer informado.
Pero más allá de esto, quieren mitigar la inconformidad pública con esta corrupción con el simple anuncio de que ya se cancelaron los contratos que algún día, y por “razones presupuestales” (¿cuáles otras hay?) y todo mundo tranquilo. Los corruptos a seguir medrando, la prensa obligadamente a callar y el patrimonialismo a seguir creciendo y engordando a sus dos hijas predilectas: la corrupción y la impunidad. Aquí a nadie se le fincan responsabilidades en asuntos de esta naturaleza, parece decir el señor fiscal.
Anda descaminado porque un acto de corrupción como el cometido por Safe It y Guerrero Durán es de esos en los que está patente una violación a un deber posicional, realizado por quien ostenta un cargo o alguna función pública determinada por un sistema jurídico con reglas claras y efectuada con motivo del ejercicio del cargo, discrecionalmente con el indiscutible propósito de lograr un beneficio que la ley reputa corrupto. O sea, la función pública sin fronteras con los negocios privados, como si el poder fuera la base del cortijo particular en el que se tejen y manejan todo tipo de componendas con ganancias multimillonarias para burócratas que se benefician con declaraciones como la del fiscal, que en medio del escándalo se confiesa ignorante de los hechos. Por eso el führer Hitler no dudó en catalogar a la corrupción como positiva cuando se da en la capa dominante; es la base de la abyección y la incondicionalidad. Esta columna insiste que hay que escarbar en el asunto, que debe renunciar Guerrero Durán y responder por los actos que ya todo Chihuahua conoce, salvo el fiscal general, Jorge González Nicolás.
Puentezazaso
Apenas nos recuperábamos de la modorra de Semana Santa cuando ¡zas!, llegó el primer puente de abril-mayo. Ni modo, así que mientras inauguramos el Primero de Mayo con marcha y protesta contra la Ley Telecom y otras figurillas del autoritarismo actual, avisamos que regresamos hasta el viernes. Disfrútelo…