En materia de lucha anticorrupción, el gobierno de Corral se llama fracaso. La reciente noticia de las fiestas a las que concurre Ricardo Yáñez son una burla para el pueblo de Chihuahua y hablan de la manera en que el gobierno no atendió un asunto de la mayor importancia, como lo es combatir el régimen de corrupción e impunidad que alcanzó su pico más alto durante el “peñanietismo”, apoyado desde el PAN a través del Pacto por México que firmó Gustavo Madero y avaló en un extenso editorial Corral Jurado.

Cómo es posible que un exfuncionario como Ricardo Yáñez haya cometido un peculado agravado por 220 millones y hoy se pasee libremente y –se supone– pague su delito en abonos, como si el patrimonio de los chihuahuenses fuera una tienda Coppel. Lo es por el descuido, negligencia, impericia y frivolidad de un gobernador que no le pone atención a las cosas, que tiene un título de abogado que no honra con su práctica, y que además traicionó de origen la real lucha contra la corrupción que sostuvo Unión Ciudadana desde septiembre de 2014. 

Corral sabía, y lo aprovechó con extremo oportunismo, que la denuncia original de esa fecha contenía las armas jurídicas más poderosas para perseguir a los corruptos y en especial a César Duarte. Y la negó. Precisamente porque gente a su lado con intereses creados en Unión Progreso no quisieron emplear la palanca gubernamental para continuar una causa sólida ya iniciada. 

En los tiempos en que Javier Corral fingía estar en la lucha cívica anticorrupción, catalogaba la denuncia penal de 2014 como “robusta jurídicamente y sustentada en un arsenal de pruebas”. Pero ya vemos que todo era retórica y que, ya con la sartén en la mano, ha cometido todo tipo de omisiones que han dejado en la impunidad a personajes del duartismo como Jaime Herrera Corral (el que entregaba el dinero, faltando a las rigurosas normas de administración y solapamiento de César Duarte), Manuel Russek Valles, Pedro Hernández, María Eugenia Campos Galván, para sólo presentar un póker de ases en estos menesteres. 

Corral sabía que barrer la escalera de abajo para arriba no conduce a nada y se ha dedicado a simular. Sus funcionarios, en el caso de Ricardo Yáñez, le niegan la información a la ciudadanía chihuahuense de cómo va el pago en abonos que hace este mismo. Los de Hacienda dicen que la información está en la Fiscalía, y en la Fiscalía dicen que está en Hacienda, y el resultado es que nadie supo y nadie sabe.