No puedo llamarlo abogado, jurisperito, menos jurista, porque es, simple y llanamente, un picapleitos. Si en alguna ocasión o de manera pertinaz frecuentara los juzgados, ya se lo habrían dicho en su cara.
Ha reconvenido a sus críticos con la amenaza de demandas y con argumentos que de entrada no pueden ser entendidos por cuanto a su sustento argumental y jurídico. Invoca hechos, pero no ofrece pruebas. El tamaño de sus pleitos tiene que ver con su descomunal ego y, por tanto, aquel que lo cuestiona –sea el que sea y ahí está la historia que lo demuestra– sufre de inmediato su desprecio, su desdén, su afán exterminatorio, su infantilismo, y a últimas fechas el anuncio de que litigará contra los que mantienen fuerte disenso hacia su actividad gubernamental o aquellos actos de la vida privada que entroncan con la misma de manera trascendente.
Dice defender la comunicación democrática, pero se allega a los medios que le son favorables, que le extienden la alfombra roja para que él transite con el grave peligro, como ya se percibe, de llegar a tropezar con su mismo manto de gobernante autoritario e intolerante.
Al paso que va, tendrá que litigar con buena parte de la ciudadanía chihuahuense. En 2018 su partido perdió las elecciones de manera ruidosa, su coordinador de gabinete Gustavo Madero hubo de entrar de caballito, como dicen en el béisbol al Senado. Antiguas plazas fuertes como Juárez, Parral o Cuauhtémoc le dieron una bofetada al PAN porque entre otras cosas el gobierno actual no le prodigó votos a su partido.
A esto añada usted abulia, desdén por la cosa pública, funcionarios mediocres, pugnacidad permanente y ambiciones desmedidas y ya está listo el cóctel que le hará gran daño al panismo de Corral. Ni siquiera ha echado mano de la experiencia barrista de los años difíciles del partido de estado.
Una recomendación: si Corral quiere defender con pasión su enorme y gigante personalidad, que deje el gobierno, contrate sus abogados y medios de comunicación de su bolsillo. Probablemente eso le reste capacidad para amasar patrimonio inmobiliario, pero que no jineteé el patrimonio de los chihuahuenses, porque eso es corrupción y lo sabe.