miguel-salcido2-1abr2014

El licenciado José Martínez Frausto, figura visible al interior del gremio de los abogados, publicó una carta mediante la cual censura los recientes sucesos habidos en el Supremo Tribunal de Justicia de Chihuahua, que derivaron en la vergonzosa imposición de José Miguel Salcido Romero como presidente. Entre otras cosas se duele de que una persona sin carrera judicial (la electoral se le parece pero aparte de ser otra cosa, también es de temporal) de manera improvisada y para hacer sentir el verticalismo autoritario, se le lleve al cargo sin más carrera que tres meses en una Sala de Control Constitucional que sustancia un mínimo, mínimo, de asuntos. Hasta aquí el pronunciamiento vale porque se suma a otros que con mayor rigor y hondura se han hecho en las diversas plazas judiciales del estado. En el foro –cualquier cosa que esto signifique– sólo se practica la queja a sotto voce y realmente los colegios no juegan rol significativo en algo tan importante para la sociedad, en primer lugar, y para el gremio en escala menor. De tal manera que tomar la pluma y plasmar un señalamiento tiene atingencia.

Lo que le resta filo a pronunciamientos del tipo del que produjo Martínez Frausto es quedarse a la mitad del río y terminar el señalamiento deseándole parabienes a quien llega a ocupar el cargo con malas artes y, en esencia, burlándolo todo y poniendo en entredicho de manera tangible la vigencia del Estado de Derecho, que no existirá mientras no haya división de poderes y magistrados y jueces realmente independientes, calificados y profesionales. La crítica frecuentemente es labor que se ejerce con el bisturí en unas ocasiones, en otras con el machete, pero en ambos casos conviene que el instrumento tenga filo.