Justo cuando el porro duartista Fermín Ordoñez salía hoy en conferencia de prensa a escupir su dosis de “estrategia” de choque contra el corralismo, ciertamente urgido de soluciones prontas y eficaces contra un cúmulo de problemas heredados por el ex pater familias ballezano del PRI, terminaba de leer el más reciente artículo de Mario Vargas Llosa en El País, llamado El ciudadano rabioso.

El Nobel de literatura toma como base una expresión acuñada por el periodista alemán de Der Spiegel, Dirk Kurbjuweit (Wutbürger, que significa ciudadano rabioso en alemán), quien a su vez fue citado la semana pasada en el New York Times por su corresponsal en Europa, también alemán, Jochen Bittner, sólo que este amplía el concepto y refiere que tal denominación “es un fenómeno de dos caras, una positiva y otra negativa”.

Según dice Vargas Llosa de lo escrito por Bittner, “sin esos ciudadanos rabiosos no hubiera habido progreso, ni seguridad social, ni empleos pagados con justicia, y estaríamos todavía en el tiempo de las satrapías medievales y la esclavitud. Pero, al mismo tiempo, fue la epidemia de rabia social la que sembró de decapitados la Francia del Terror y la que, en nuestros días, ha llevado a la regresión brutal que significa el Brexit para Reino Unido y a que exista en Alemania un partido xenófobo, ultranacionalista y antieuropeo –Alternativa por Alemania– que, según las encuestas, cuenta con nada menos que el apoyo del 18% del electorado”. Y quizá sólo por contemporizar, el escritor peruano reproduce las palabras de Bittner en el sentido de que en este momento el mejor representante en Estados Unidos del Wutbürgeres negativo es “el impresentable Donald Trump y el sorprendente respaldo con que cuenta”.

Pues Chihuahua en ese ámbito también tiene sumas negativas y Fermín Ordoñez es un ejemplo latente, al igual que Carlos Hermosillo, diputado federal del PRI, prestanombres de César Duarte, y al que la prensa no ha tocado para nada, a pesar de ser funcionario y uno de los denunciados –junto a Duarte y el exsecretario de Hacienda, Jaime Herrera– por los delitos relacionados con la corrupción política tan ampliamente citados en esta columna desde septiembre de 2014.

Ordoñez se construye a sí mismo una cortina de humo para cubrir las fechorías cometidas durante los cargos que ocupó en el cacicazgo recién fenecido, como el programa social “Chihuahua Vive”, por ejemplo. No debe olvidarse que él forma parte de la denuncia contra la violación de derechos humanos consignada en la Queja ante la CNDH en el expediente CNDH/2/2015/6207/Q interpuesta por múltiples integrantes de Unión Ciudadana a raíz de las agresiones sufridas el 28 de febrero de 2015.

El negativamente rabioso Ordoñez seguro presiente que el próximo 4 de noviembre su nombre podría salir a relucir en la conferencia que el gobierno de Javier Corral anunció que llevará a cabo con el propósito de revelar más corruptelas del duartismo, mientras la ciudadanía espera que las instituciones cumplan realmente su papel de procesar penalmente a Duarte y, entre tanto, resuelva de inmediato el clima de inseguridad que ha repuntado en los últimos meses.