Va esta apostilla a dos cápsulas a la columna de ayer lunes. Ella se refiere a José Luis Barraza por su iniciativa anticorrupción y a Fidel Pérez Romero por su embestida contra los abogados laboralistas. Hoy esa embestida continúa y se sale en defensa supuesta de los derechos de los trabajadores, pero esa es una falsedad absoluta. En el fondo, como lo dijimos ayer, lo que se desea es una paz laboral en la que nadie levante la voz en beneficio obvio de los poderosos empresarios. La apostilla la hacemos consistir en reproducir lo que viene a continuación y que se refiere a una nota periodística que involucra tanto al exlíder de COPARMEX como las prácticas de litigio que se han dado aquí en Chihuuahua y que por cierto, si han cambiado ha sido para apretarle más las tuercas a quienes ejercen sus derechos. Por cierto, los hechos se narran en simultaneidad de cuando Barraza preconizaba que “había un peligro para México,” a exterminar. Va:

 

Demanda laboral de Barraza contra empresa extranjera

Miroslava Breach Velducea / La Jornada / Corresponsal

Chihuahua, Chih., 28 de junio, 2006. Como líder del organismo patronal más grande del país, José Luis Barraza González presentó una demanda laboral en contra de la empresa extrajera Desarrollos Industriales de Chihuahua -integrada por inversionistas de Singapur- a la que finalmente obligó a pagarle 4 millones 687 mil pesos por indemnización, aguinaldos, salarios caídos y cobro de horas extras, cuando en el mismo periodo de la relación laboral, se desempeñó como dirigente del Centro Empresarial en esta entidad.

La demanda de Barraza González en contra de la empresa Desarrollos Industriales de Chihuahua está registrada con el expediente número 3/02/2379 de la Junta Especial de Conciliación y Arbitraje, y fue interpuesta el 10 de julio de 2002 en la ciudad de Chihuahua.

En ella el dirigente empresarial demanda a los inversionistas de Singapur y al gerente general de la empresa, Lou Koonkeong, por despido injustificado, pago de prestaciones, prima legal, antigüedad, aguinaldo, vacaciones, salarios devengados, tiempo extraordinario y salarios caídos.

En los hechos de su demanda, Barraza refiere que el inversionista de Singapur -quien había adquirido un terreno de 21 hectáreas en el que pretendía crear un parque industrial y encargó al dirigente empresarial la tarea de buscar socios-, le quedó a deber la cantidad de 16 mil dólares por tres meses de salario; 480 dólares correspondiente a prima de antigüedad; 7 mil por aguinaldos correspondiente a los años 1998, 1999, 2000 y 2001.

Otros 875 dólares de aguinaldo proporcional a 2002; 3 mil 500 dólares por vacaciones de 1999 a 2001; 544 dólares de vacaciones por el sexto año; 175 mil dólares de salarios devengados que fueron generados y no pagados por el patrón del primero de abril de l998 al 30 de junio de 2002 a razón de 3 mil 500 dólares mensuales.

Inconsistencias

Exigió además también 124 mil 659 dólares equivalentes al pago de 3 mil 842 horas extras de las cuales 926 de esa horas las tasó con un sobreprecio del 200 por ciento por trabajar más de 11 horas diarias al servicio de la empresa en cuestión, lo que resultaría inexplicable si se toma en cuenta que durante el mismo periodo en que alegó sostener esa relación laboral se desempeñó también como presidente del Centro Empresarial de Chihuahua en el periodo 1998 al 2000 y se encontraba al frente de los empresarios locales que sostenían un litigio con el gobierno estatal por el pago del impuesto especial sobre nómina..

El laudo en favor de la demanda laboral interpuesta por el dirigente del Consejo Coordinador Empresarial fue emitido por la Junta Local de Conciliación y Arbitraje el 28 de noviembre de 2004 y con él los inversionistas de Singapur debieron pagar a José Luis Barraza un total de 4 millones 678 mil 977 pesos, equivalente al tipo de cambio de aquella época a 413 mil 401 dólares.

El abogado defensor de José Luis Barraza fue Rubén Portillo, actual director de la Facultad de Derecho de la Uach, y la presidenta de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje número 3 que emitió el fallo en favor era entonces Carmen Gutiérrez Benzor, quien actualmente se desempeña como secretaria particular de Portillo en el cargo que ocupa dentro de la Universidad de Chihuahua.

(Nota aparecida en La Jornada )

 

 

El torniquete de Miranda Weckmann y el déficit sacerdotal

constancio-miranda-27oct2015

Como una paradoja cuyo nudo podría desatarse si los interesados consideraran el aire fresco que Francisco le ha venido dando al evangelio en el mundo del catolicismo, es que mientras en México se reporta por diversas fuentes oficiales un “déficit sacerdotal”, en el estado de Chihuahua los fieles tienen que remolcar el viscoso e inquisidor discurso de don Constancio Miranda Weckmann, quien acaba de declarar como exclusión de la comunión a mujeres que aborten. Y lo hace a contrapelo de lo que cita la misma nota en que se reproducen las atronadoras palabras del obispo de Chihuahua, donde se da a conocer el anuncio de Francisco, con fechas precisas, en el sentido de que “a partir del 8 de diciembre de este año y hasta el mes de noviembre de 2016, se otorgará a todos los sacerdotes la facultad de perdonar el pecado del aborto, sin necesidad de una absolución particular”.

Para las mujeres no creyentes esta decisión puede resultar irrelevante, pero en los sectores de las católicas que han reconocido como un derecho propio resolver sobre sus cuerpos, el asunto puede tener obvios visos de apertura, una apertura en la que en Chihuahua, todo indica, don Constancio no está dispuesto a ceder.

Lo curioso es que a decir del INEGI, de la SEGOB y del propio Episcopado Mexicano, en el país escasean hoy por hoy las ordenaciones sacerdotales, y aun los seminaristas existentes suelen engrosar los índices de la deserción. Lo cierto es que el tema no es nuevo. El extinto Karol Wojtyla se refirió al tema y acusó en las postrimerías de su vida, como ahora lo hacen prelados preocupados por la falta de sacerdotes, a dos motivos: la falta de fe y la presencia y crecimiento de nuevas religiones en el país. Lo que no dijo el polaco es que durante su papado figuró la imagen de un catolicismo cuyos pastores estaban –y están– frecuentemente acusados e involucrados en casos de pederastia.

En el estado de Chihuahua, aunque el tema de la pederastia no se ha revelado (si es que hubiera de revelarse algo), la situación no es diferente para muchos católicos en el sentido del desinterés; pero aquí habría que sumarle la hipotética variable de todos tan conocida: el torniquete con que los jerarcas locales aprietan el cuello de sus seguidores no les ha permitido inhalar el oxigenado pensamiento proveniente del huésped mayor de El Vaticano. Tal vez por eso muchos jóvenes ya no se están apuntando para seguir esos caminos, y ante tal déficit, lo que puede ocurrir por ahora es que en muchos pueblos y ciudades la eucaristía, como dice el refranero mexicano, tendrá lugar cada venida de obispo.