A falta de voluntad para asignarle a la cultura de la legalidad la miga esencial que le corresponde, la clase política chihuahuense se desgarra las vestiduras para que en la Feria de Santa Rita no se canten los narcocorridos por los grupos y cantantes contratados que se dedican precisamente a interpretar dicho género. Que si habrá multas, que si las pagarán, que si el público hace la cooperación para sortear el daño económico de éstas y todo lo que usted quiera al respecto. Algunos grupos se excusan, otros violentan la disposición administrativa –por cierto ilegal–, más con el afán de obtener resonancia en la publicidad gratuita que se genera al respecto que por un rigor moral o cultural. Sin embargo los narcocorridos, al igual que la Puerta de Alcalá, ahí están: en las disqueras, la televisión, la radio, el internet, el cine, en la calle, en las cantinas y, a diferencia de otros textos, gozan de un público creciente y, por supuesto, ahí no hay disputa alguna. En este tema, la cara de la censura, ya se está convirtiendo en costumbre que asome las orejas cada vez que hay eventos públicos en Chihuahua y suena más a cortina de humo que a pretensión real de “adecentar” los espectáculos. Lamentablemente los censores no cuentan en su haber con ninguna autoridad moral para emitir sus falaces decretos. El narcocorrido simplemente describe una realidad y ya; con igual libertad otros podrían difundir su propia lírica o poética y hasta oficiar misas en latín si es menester, y soñar que todos andaremos tarareando por las calles de Chihuahua “¡oreeemoooss!”.
El tema realmente no da para más, pero brinquemos a lo de la cultura de la legalidad que sostiene, a tono con el discurso duartista, la priperredista Hortensia Aragón, para darnos cuenta que sus ojos sólo alcanzan a ver estas miserias y no la corrupción que circunda al poder público en Chihuahua al que debe su escaño en el Congreso local. Por cierto, y ya para terminar, Cristal Tovar, la sobrina diputada, publicó un extemporáneo saludo a los estudiantes, en el que lanza una perorata de lo que pueden tener los jóvenes: piedras, palos, que nada valdrán sin educación, y le faltó una cosa, tener una prima en la familia que obtenga curules en los congresos con adhesiones bochornosas.
Se fundará el Frente por la Comunicación Democrática
El capítulo Chihuahua de este frente nacional se fundará el próximo 4 de junio a las seis de la tarde en el Museo Semilla. Contará con la presencia de reconocidas figuras del periodismo, la política y la cultura. Hasta ahora lo previsible es impulsar la agenda nacional de defensa de la libertad de expresión frente a la amenaza de introducir leyes secundarias a la Ley de Telecomunicaciones que contravendrían el texto constitucional, práctica inadmisible, más si se tiene en cuenta que las progresivas reformas a la Constitución se dieron por unanimidad, y entonces sería un sinsentido –por poner un ejemplo– que los senadores Patricio Martínez, Graciela Ortiz y Lilia Merodio votaran en contra de lo que previamente aprobaron, por lo que hay que estar vigilantes del voto de estos políticos que lo mismo dicen una cosa que otra. Resalta el caso de Graciela Ortiz, que en el extranjero presume las reformas mexicanas ante el Foro de las Naciones Unidas y aquí, en el estado que representa, no sabemos nada de su quehacer. En su propio terruño se esconden y hacen de su desempeño público casi un secreto. Por esto, está más que justificado que se les requiera previa y públicamente para saber de la emisión de su futuro voto en esta importante materia. Dejar que naden de muertitos es permitirles que sigan ocupando espacios de poder en los que no se representan sino a sí mismos y a nadie más. Hacerles marcaje personal se ha comentado como el propósito central; es correcto, ya que están nuestras libertades de por medio.