
Trump ningunea a México
En honor a la verdad histórica, Donald Trump no es el primer sátrapa que preside la Unión Americana, pero también habría que destacar que el actual presidente inaugura una fase del capitalismo imperial sin contrapesos, como los que hubo en el mundo bipolar de la posguerra; y la democracia y republicanismo de los que ha hecho gala Estados Unidos hoy pasa por un proceso de desmantelamiento que permiten que un magnate inmobiliario de conductas gangsteriles juegue a placer prácticamente con el mundo entero.
La reciente reunión del llamado G7 así lo exhibe cuando Trump se retiró antes de concluir los trabajos, con el pretexto que fuera, que a la postre resultó el anuncio de un intervencionismo atroz en contra de Irán, y a no dudar, de la barbarie que encabeza el gobierno de Netanyahu en Israel.
Al actuar de esa manera no tan sólo no respeta las elementales cortesías diplomáticas que se deben a una reunión de jefes de estado de primer nivel a quienes se convida en afán clasificatorio en donde el peso político y militar de cada quien es lo determinante. Es preocupante para nuestro país que se concurra a una reunión en la que se da un trato discriminatorio, y más cuando la jefa de estado, Claudia Sheinbaum, se ha levantado como defensora de lo soberanía nacional, en un intento de retórica que ya no tiene el peso que llegó a tener. Tan grave es el escándalo que al parecer la presidenta de México se enteró, ya estando en Canadá, de que su reunión con Trump había sido cancelada.
Para los usos y costumbres de una diplomacia largamente consensuada por el concierto internacional, eso es un desprecio que se le corre a los pueblos involucrados y ahí representados por sus jefes de estado.
En varias ocasiones en esta columna he referido al déficit del régimen de la Cuatroté en materia de política internacional. Todo empezó a agravarse cuando en una declaración insólita, Andrés Manuel López Obrador, en su calidad de presidente de la república, dijo que para él la política interior estaría determinando la política exterior, una declaración que contiene un absurdo de absurdos que el expresidente cumplió a rajatabla, simple y llanamente cancelando su asistencia a eventos como el que aquí se comenta.
Sus salidas al exterior fueron muy pocas, y algunas cargadas de utilitarismo, como cuando visitó a su “amigo” Donald Trump en plena campaña por su reelección fallida, haciéndole un inocultable favor. Y aunque diferentes, son el tipo de jefes de estado que empiezan a poblar el planeta y son enemigos del sistema democrático y del papel que organismos internacionales de diversas índoles pueden jugar en favor de la paz, la seguridad, la lucha por la igualdad, la no discriminación, el Estado de derecho y el afianzamiento de las soluciones pacíficas de los conflictos para que no lleguen a la guerra.
En el mismo sentido se ha expresado que el canciller Juan Ramón De la Fuente no da el ancho para el cargo, y se advierte, en esta precisa circunstancia, cuando es la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, la que sale a la palestra a decir que habrá una reunión presencial en el futuro, precediendo la clásica llamada telefónica que muestra más desinterés que atención a los asuntos de nuestro país con el gángster de Washington.
En la misma línea, el hecho de que Esteban Moctezuma (“por lo pronto”, como anunció Sheinbaum) continúe en la embajada mexicana en Estados Unidos, denota la debilidad para conformar el mejor equipo que represente los intereses nacionales en el mundo, y en especial con nuestra vecina nación. El democratismo mostrado en esta delicada agenda, se ha exhibido de manera rupestre cuando a una insignificante morenista se le haya tenido que dar una respuesta de alto nivel, o los discursos de Fernández Noroña, que no estremecen a nadie en esta materia, más allá de sus propias narices.
Todo esto ha dado pábulo para que algunos círculos opositores se quieran apoyar en Trump para lograr lo que aquí no pueden por su desprestigio, y eso debilita más a nuestro país frente al truculento mandatario norteamericano. Tampoco es la ruta.

