El pacto de corrupción e impunidad en el que se se sustenta el poder del PRI en el estado y en el país se expresa todos los días en hechos concretos y evidentes, que se irán acumulando como agravios y estallarán tarde que temprano si dejan de funcionar las instituciones encargadas de hacer justicia, transparentar la cosa pública y rendir cuentas.

Ayer estuvo en Chihuahua la secretaria de Salud del gobierno peñanietista, Mercedes Juan López. Encabezó, junto con el cacique local, César Duarte, una más de las reuniones del Consejo Nacional de Salud. Para no cambiar de rutina, se publicita a los cuatro vientos que Chihuahua es un ejemplo en cuanto a los programas de salud. Toda una falacia si se examina desde un punto de vista crítico lo que tenemos en esa esfera de la sociedad y la administración pública. Pero al alimón del evento protocolario, se puso al descubierto lo que ya se sabe desde hace tiempo y se da la obstinación de seguir patrocinando la corrupción. A todos los medios de comunicación se les informó en ese sentido de actos detrás de los cuales está César Duarte, pero que afectan de manera directa y personal a su esposa Bertha Gómez y al secretario local de Salud, Pedro Hernández. Se habla con sustento que constituye más que simple indicio de operaciones bancarias de alrededor de 2 millones de dólares, hechas en favor de ambos en la institución bancaria norteamericana Wells Fargo, apareciendo, de nueva cuenta en escena, el nombre de Rocío Padilla.

Es un asunto que viene de tiempo atrás. En este mismo espacio se han difundido documentos y opiniones, como también se ha dejado sentir el importante papel que juega Canal 28 en el tratamiento de este tema y la omisión del resto, con sus muy honrosas excepciones que, con un bozal de oro silencian el tema de manera artera. Hoy se cuenta con una documentación sustentada, estados de cuenta, copias de cheques e indicios indiscutibles que deben dar pie para iniciar una rigurosa investigación y ponerla en manos de los tribunales. En esto, hasta al Seguro Popular se involucra. Pero es cosa que sólo una investigación de fondo puede desentrañar.

Se sabe de cierto de una mafia de encumbrados políticos priístas que, vía la proveeduría de medicinas y equipo a las diversas instituciones de salud en la república y en los estados, lucran de manera descomunal con los recursos públicos y a través de operaciones negras. Cuando toda esta cloaca se destape, desfilarán muchos nombres, y ojalá también muchas actuaciones judiciales en contra de la ancestral impunidad que vive el país.

Como es obvio, ahora que la secretaria de Salud estuvo aquí, este no fue un tema, ni de la agenda ni de su atención. Pero para la circunstancia que vive Chihuahua, de enconos y pugnacidad en la casta gobernante, no es un hecho simple que trasciendan a la opinión pública informaciones que nos hablan del alto grado a que ha llegado el saqueo del estado bajo el cacicazgo de César Duarte. Hoy, como ayer, lo ratificamos: Pedro Hernández, Rocío Padilla, y ahora también la “primera dama”, Bertha Gómez, deben ser consignados por sus faltas graves en esta materia. No es asunto que se pueda concluir con un simple boletín de que nada es cierto. Por lo pronto, visitas y consejos como los que vino a presidir la señora Mercedes Juan López salen sobrando.