A lo largo y ancho del territorio nacional, y Chihuahua no es excepción, encontramos miles de anuncios espectaculares con una doble característica: la imagen de un político que se promociona, sin decir para qué, y el nombre de una revista que supuestamente realiza una entrevista en la que el político expone algún punto de vista.

En otras palabras, se aparenta que la revista promociona su portada para efectos comerciales. Se trata de una especie de industria, como decían antes, sin chimeneas, en la que está presente el dinero público de que dispone la clase política para sus carreras, y/o el dinero sucio dentro del cual puede estar el que proviene de actividades ilícitas.

A esta práctica aquí en Chihuahua se han sumado, con gastos que apabullan a las grandes corporaciones económicas, políticos como Mario Vázquez, Andrea Chávez, Rafael Espino, Luis Aguilar, Juan Carlos Loera, quien reincide en esta práctica; y antes que ellos Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard.

Están preocupados por su imagen personal, por sus rostros, pero total y absolutamente despreocupados de informar a la sociedad sobre lo que hayan hecho en los cargos que ocupan.

En otras palabras, la rendición de cuentas no les importa nada, y recurren a una campaña electoral abierta, realizando fraude a la ley electoral, porque la evaden argumentando de que es la revista la que contrata el anuncio espectacular, aunque las más de las veces se ha llegado a comprobar que dichas publicaciones o no existen o tienen domicilios fantasma.

Todo esto acontece a ciencia y paciencia del Instituto Nacional Electoral y de los muchos órganos locales encargados de esta importante materia.