Reconozco que los ciudadanos tienen derecho a fundar partidos políticos y competir por el poder. Es una verdad general elemental. Como también lo es que en México el sistema de partidos que se consolidó a partir de 1997 colapsó estrepitosamente, cayendo en el infortunio el PRI, el PAN y el PRD. De esto no se salva ni Morena, aunque esté en el poder porque no es un partido ciudadano sino un instrumento personal del presidente de la república. Algo parecido a un partido de estado, pero con nula institucionalidad.
Los partidos hoy por hoy pasan por mala racha y de hecho se han convertido en franquicias en las que, principios, ideología, proyectos no valen absolutamente de nada. Son como camisetas que discrecionalmente se pueden poner los políticos para ir a buscar el voto.
En ese contexto se sabe públicamente que en el estado de Chihuahua dos colectivos buscan cumplir los requisitos para convertirse en partidos locales. Insisto, están en su derecho. Más eso no es obstáculo para advertir que son dos proyectos sin viabilidad porque nada cambian al espectro de decadencia actualmente existente. Lo que he llamado la partidocracia podrida.
Se advierte un cierto deseo de medrar del fisco, el oxígeno que mantiene en pie a verdaderos cadáveres políticos.
Si no me refiero a denominaciones y líderes de estos intentos, es porque no pintan en la vida de la sociedad chihuahuense. Así de sencillo.
Pues si…..y luego? Si los partidos, incluyendo a morena como tal, y lo que es mucho peor, la sociedad en su conjunto estan corrompidos, cual es el rumbo a tomar? Dictadura? Es poco probable que lo veamos nosotros, pero solo por cuestiones de edad.