Nos lo quieren vender como un hecho de corrupción y delincuencia, pero por tratarse de diputados locales sería un caso para Ripley. Se supone que unos funcionarios administrativos -corralistas por supuesto- de la legislatura pasada y del congreso local robaron sus ahorros a unos diputados panistas, no sé si todos lo sean, y sin que se hayan dado cuenta cabal después de que fuera sepultado el corralismo en Chihuahua. El Auditor Superior, que llegó por obra y gracia de Corral se ha sumado al coro de los malditos denunciando a esos malos funcionarios administrativos que a ciencia y paciencia estuvieron robando a sus propios jefes los diputados, entre ellos Blanca Gámez que fuera presidenta de la legislatura y ocupara el cargo por dos períodos.

Existen infinidad de noticias debidamente documentadas de los latrocinios de los diputados a la sociedad, o entre ellos dentro de su jerarquía, pero ninguna creíble de que funcionarios segundones robaran a los mandamases de una legislatura.

El caso es para Ripley o quizás marque buen puntaje para el récord Guinness, quizás con alguna medalla de la deslealtad.