
ISSSTE y MORENA: el prometer y no cumplir, sí empobrece
La resistencia de los trabajadores de la educación a las reformas al ISSSTE que intenta el gobierno de Claudia Sheinbaum y sus dóciles parlamentarios, es una pieza más de las muchas que aparecen en el escenario de un disenso contra el oficialismo morenista.
El mayor descontento tiene su origen en un par de hechos irrefutables. El primero, el reclamo por no cumplir las propuestas hechas en campaña: el 7 de febrero de 2024 López Obrador prometió que las edades de retiro serían de 28 años para las mujeres y 30 para los hombres. Se acusa por parte del movimiento magisterial, aparte del incumplimiento, el engaño y la manipulación electorera de que fueron objeto, más si tomamos en cuenta que la perspectiva abierta era que ambas edades se mejorarían, lo que lejos está de suceder.
El segundo motivo de ese descontento es que no se revoca la reforma a la Ley del ISSSTE de 2007, no se hace nada en dirección de corregir la aforización de que fueron objeto prestaciones de tipo económico que tienen que ver con el tiempo laborado por los maestros.
Lo que los trabajadores de la educación observan es que la iniciativa, que toca al FOVISSSTE, es idéntica propuesta de contrarreforma a la que ya se decretó con relación al INFONAVIT. Se trata de una y la misma cosa, una “ley espejo”, a decir de los maestros, y sólo cambian los aparatos del Estado, en una perspectiva de estatalización de prestaciones en materia de vivienda, procedimientos crediticios en el que el Estado se convierte en partícipe preponderante.
El otro aspecto en este rubro tiene que ver con el cobro de los seguros en materia económica y en correspondencia a la atención de la salud de los trabajadores. En ese sentido, las redes magisteriales han concretado la lucha actual en cinco puntos:
Regresar al sistema solidario que se derogó en 2007 en materia de pensiones y que no se ha abolido por el gobierno de la Cuatroté; la exigencia de que la jubilación sea de 28 años para las mujeres y 30 para los hombres; lo relativo a las cuentas en materia de salud; la abolición de las UMA’s, porque es un sistema de medición injusto y engañoso; y, finalmente, la reivindicación de los mecanismos colectivos de decisión, reclamando la autonomía y libertad de los trabajadores para la defensa de sus intereses colectivos.
En este marco, el otrora poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) continúa rebasado por la base magisterial, que de manera espontánea, pero tendencialmente con pasos fuertes hacia la organización, ocupa los espacios a los que ha renunciado el viejo sindicato del sistema, que suele abandonar a su suerte a los trabajadores bajo mecanismos de intervención y suplantación del propio interés de estos.
El SNTE llega hasta este momento como un aparato corporativo, de control, verticalista y siempre entregado al gobierno en turno. Así se ha podido ver a priistas, panistas y actualmente a morenistas. Para los líderes oficialistas del SNTE estar atados al poder y obedecerlo es el oxígeno que les da vida.
Con limitaciones se hace este apunte, consultado con algunos de los protagonistas de la resistencia en Chihuahua. Para esta columna, la perspectiva nacional de este conflicto deja varias lecciones que no se deben perder de vista. Se señalan algunas:
El electoralismo clientelar de MORENA no tiene límites a la hora de la manipulación, y miente cada vez que es necesario a fin de ofrecer metas que a ciencia cierta no está dispuesto a cumplir. Lo suyo sería el engaño que se traduce en votos en la elección más cercana. Lejos está este procedimiento de tener algún parentesco con la democracia.
Además, la reivindicación por la autonomía sindical está pasando a la escena como una necesidad que transita necesariamente por el compromiso de defender lealmente el interés de los agremiados, más que la componendas por senadurías, diputaciones y cargos públicos. En este sentido la lucha será ardua pero altamente benéfica y necesaria.
Queda como lección la estrechez de la democracia de la que habla el gobierno federal: mientras prevalezcan las corporaciones, será imposible un genuino sistema democrático.
En este marco, López Obrador, a través de su hijo “Andy” López Beltrán, tiene la desmesura de querer afiliar en MORENA a todos los trabajadores de la educación, como si fueran objetos sin libertades, a disposición de líderes venales, y violentan la Constitución de manera flagrante.
Finalmente se observa que en las marchas, al menos las que hemos visto en Chihuahua, donde el movimiento es fuerte, no pocos morenistas están inconformes e indispuestos a seguir una línea impuesta, porque se sienten manipulados al haber escuchado una propuesta hace un año por boca de López Obrador, y no sentir que se haya honrado con hechos tangibles y medibles. Sino todo lo contrario.
Vaya mi modesta solidaridad con los maestros en lucha.

