En próximos días Alfonso Durazo Montaño, el secretario de Seguridad de Andrés Manuel López Obrador, estará en Chihuahua. Su visita, que se agotará en eso, no es otra cosa que un pase de lista en el territorio donde la violencia ha sustituido al Estado ante la ausencia de poderes por la incuria del gobernador y la impericia de quienes están al frente de la Fiscalía, visiblemente César Peniche. De Avendaño ya no vale el esfuerzo hablar. 

Hay que destacar que vendrá el alto funcionario federal a hablarnos de una Guardia Nacional que ya actúa de facto, porque las leyes que la reglamentan no han sido emitidas. La Guardia Nacional no es otra cosa que un disfraz de la militarización que el gobierno actual prometió desterrar. 

Escucharemos con suma atención lo que diga el funcionario federal, pero es imposible tenerle confianza, cuenta habida de su carrera lastrada por el oportunismo que le ha permitido escalar del colosismo al foxismo y luego a su puesto actual. Eso sería lo de menos si realmente tuviese la preparación que se requiere para el cargo. Pero habrá que ver para luego opinar.

Entre tanto, se dice que Javier Corral no irá a la CONAGO por su compromiso con los niños, en estos días que se les usa para dar muestra de una ternura de la que se carece y que en principio debiera traducirse en brindarles la seguridad que merecen.