Quizá fue involuntaria, pero de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión llegó un coscorrón a Javier Corral y sus dóciles diputados del Congreso local, acompañados por partidos satélites, como el PRI. Quién lo dijera. 

Mientras Corral impuso al expriísta y gordillista René Frías en la presidencia del Legislativo, allá en la capital presidirá la cámara baja una panista, luego de muchos jaloneos e intentos de dominación morenista, entre los que se contó con un proyecto reeleccionista. Ahora presidirá por un ciclo la señora Laura Rojas y el partido azul tendrá en sus manos la presidencia de un poder, aunque no la mayoría parlamentaria de la que disfruta el partido MORENA. Y no se acabó el mundo, y qué bueno que así haya sido, la flexibilidad es flexibilidad aunque se mida en micras. 

En cambio aquí, la torpeza se mide con leguas. Fuerte coscorrón, de los muchos que ya ha recibido recientemente, un gobierno errático y fracasado.