Hace unos días estuvo en Chihuahua la exdiputada federal Rosy Orozco y abordó el delicado tema de la trata de personas: en concreto, los alcances esenciales de la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia de las Víctimas, sin duda un instrumento jurídico de primer orden. Quien reconozca y sobre todo ponga en alto y defienda la dignidad humana, debe saber que este cuerpo de leyes tiene la mayor importancia, aunque de facto se le viole a ciencia y paciencia desde los gobiernos federal y los estados que no le dan los alcances que debiera tener para que prodigue todas sus ventajas.
La exdiputada federal Orozco, ha hecho de este problema una causa de vida para su combate y en ese carácter estuvo acá. En especial puntualizó la obligación de los gobiernos para perseguir de oficio, sin que nadie lo pida o demande, los anuncios de tipo sexual que aparecen en los medios de comunicación y tras de los cuales, sin duda alguna, hay la manifestación indubitable de que alguien comercia con las personas y las denigra, de manera frecuente asociado todo esto a las redes organizadas del crimen y también del narcotráfico. Hoy no hay esclavos como en el pasado, pero los anuncios que vemos en la “industria” editorial semeja a la oferta de seres humanos para hacer con ellos lo que venga en gana, atentando contra los principios de dignidad y libertad. Se trata de delitos, en el tema que me ocupa, que se comenten a la luz del día y, quepa la expresión, en flagrancia permanente.
Aquí en el estado de Chihuahua todos sabemos de dos publicaciones (por su importancia me refiero a ellas porque es obvio que hay otras) que están en la comisión cotidiana del delito: PM en Ciudad Juárez y El Peso, en Chihuahua. Estos periódicos expenden servicios sexuales que lesionan el valor de la dignidad, en especial de las mujeres. Pertenecen al consorcio de Osvaldo Rodríguez Borunda y las personas morales (cuando menos en otras legislaciones a estas se les llama personas de creación artificial) que aparecen como responsables, pero si usted inspecciona físicamente las instalaciones del Diario de Chihuahua en la capital del estado, verá cómo, en la fachada que da a la avenida Universidad, encontrará el periodismo “honorable”, y en la trastienda, el negocio negro, con un anuncio pequeño que dice “El Peso”. Y esto significa que es el mismo empresario, las mismas instalaciones, las mismas prensas, los mismos publicistas, los mismos voceadores, los mismos reporteros y la misma indignidad de vender personas. Hay quienes piensan que PM y El Peso son complementarias de un diseño financiero, pero baste recordar que si esos diseños en no pocas ocasiones son necesarios para el sostenimiento de las empresas, hay rubros de actividad lícita como los que ha ideado el Grupo Milenio, por traer a ejemplo otra empresa periodística. Pero aquí la imaginación es corta, el negocio es fácil, por más que se atropelle el valor humano, todo al amparo de un código de ética que es relumbrón y letra muerta.
Todo esto no lo dijo la exdiputada, simplemente hizo el retrato hablado para prodigar nuevos caminos en la lucha contra la trata de personas. Le pongo nombre y apellido al tema, porque quiero subrayar que cada vez que se publican estos periódicos, se pone en claro que la cultura de la legalidad es un discurso vacío que le sirve al poder para engañar a diestra y siniestra.
lo que comenta la Sra. Orozco es Cierto, y mucha Gente lo solicita, Desgraciadamente Esta Mujer Utiliza tambien a las chicas ya victimizada para sus propòsitos polìticos, Econòmicos y Religiosos propios, No esta muy lejos de esa Gente a la que Condena, Pero en Fin si la Propaganda es Muy buena, Todos Caemos creo. Y es Tan Facil, entre mas Clandestino y Oscuro es todavia Peor pero podrìa ser que a alguien le convenga, porque es pràcticamente lo que esta señora Empresaria de la Polìtica y la Religion siempre ha atacado, siendo tan multifacètico el problema, NADIE SABE PARA QUIEN TRABAJA, o a veces si.