Al rector de la UACH Jesús Villalobos Jión le grafitearon los muros de su residencia. La más que explicable y justa acción la emprendieron mujeres universitarias en denuncia del acoso sexual, ancestral, que se padece en la universidad.

Mario Trevizo, ahora abogado general, fue un tiempo director de la Facultad de Derecho, sabe del mal y ha guardado silencio y abstención. Se pasó de largo cuando vio esta lacra. No hay elemento alguno que permita pensar que cambiará de actitud. Aquí sí el que fue es.

Más cuando la ómbudsman -salvando el prestigio de esta palabra- es Liz Aguilera, de la que mucho menos se puede esperar algo.

Por más que quiero olvidarme, tengo en la memoria que ambos fueron funcionarios de primer nivel de César Duarte, rehabilitados por el maruquismo.

Mujeres: que no se apague el fuego.