De tarde en tarde Ernesto Cordero, exsecretario de Hacienda y Crédito Público, aparece en los pasillos del Palacio de Gobierno. Se trata del asesor financiero de Felipe Calderón que funge aquí, de hecho y de manera informal, como el guía de las finanzas estatales borrando la presencia de José Luis Granillo Vázquez, una especie de funcionario gris al que no se le encargan las explicaciones complejas del manejo del dinero público.

Ernesto Cordero durante el calderonismo se hizo famoso por su declaración que circuló en todos los medios y que lo pintó de cuerpo completo, aquí la transcribo:

“Con ingresos de 6 mil pesos al mes, hay familias mexicanas que tienen el crédito para una vivienda, que tienen el crédito para un coche, que se dan el tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas”.


En esas manos estamos, además en agencias informales tan características de los gobiernos priistas y corruptos.
Se le paga al secretario de Hacienda Granillo Vázquez y a la vez se le paga a su tutor Cordero Arroyo, que vino a Chihuahua a prometer lo que no puede cumplir y de manera retórica afirmar que Chihuahua será el motor económico del país.


Esta miseria de administración pública en área tan sensible debiera transparentarse para que todos sepamos cuánto se le paga a Cordero por ocupar de hecho la Secretaría de Hacienda local.
Mientras tanto, los diputados duermen.