Me acuerdo cuando, por primera vez, comprendí embrionariamente el daño que la corrupción política le hace a la sociedad. Fue al calor de la lucha estudiantil en la Universidad Autónoma de Chihuahua durante los años 1973-74.
Me acuerdo que esa corrupción política en la UACh extravió a esta universidad en un atraso del que no se ha recuperado.
Me acuerdo que visualicé la corrupción política como un mal endémico en nuestra sociedad, con multiplicidad de orígenes y pude ver que la larga prevalencia del régimen de partido de Estado se sustentó en el cemento que le brindó este mal.
Me acuerdo cuando a Chihuahua llegó una corrupción más rapaz que las anteriores durante el gobierno de Patricio Martínez García.
Me acuerdo que combatí ese gobierno con la ley en la mano, sin el apoyo de la doliente sociedad, y sin que las instituciones encargadas de hacer justicia actuaran en el marco de un Estado de derecho.
Me acuerdo que para combatir la corrupción política iniciamos una ley con más de 20 mil firmas de apoyo, conforme a las norma establecidas, para tener un Tribunal Estatal de Cuentas, garante de la rendición de cuentas.
Me acuerdo que salimos descamisados y amenazados de muerte del Congreso del Estado controlado por la mayoría priísta.
Me acuerdo que iniciamos un juicio político a Patricio Martínez García y nos estrellamos frente a la consigna que arropó la corrupción política y su hermana la impunidad.
Me acuerdo que, en ese intento de juicio político, el abogado defensor del exgobernador fue César Horacio Duarte Jáquez, al que conocí como integrante de la LXI Legislatura local.
Me acuerdo que publiqué un libro titulado El crimen sí paga donde denuncié toda esta trama a la luz de que el exgobernador se convirtió en senador de la república.
Me acuerdo que el crimen sí paga cuando recibimos la noticia, en 2010, de que Duarte se convertía en gobernador del estado.
Me acuerdo que con un grupo de compañeros no le dimos tregua al tirano ni un solo día.
Me acuerdo que un 23 de septiembre de 2014 lo denuncié ante la PGR por enriquecimiento ilícito, peculado y otras figuras delictivas.
Me acuerdo que acreditamos la comisión de todos los delitos.
Me acuerdo que Enrique Peña Nieto lo protegió como a su hijo predilecto.
Me acuerdo que esa denuncia desencadenó una lucha cívica que, a la postre, redundó en la derrota electoral del PRI en 2016.
Me acuerdo que el gobernador criminal huyó.
Me acuerdo que Javier Corral traicionó esa lucha.
Me acuerdo que López Obrador se convirtió en presidente y el expediente de la denuncia contra Duarte sigue archivado.
Me acuerdo que el duartismo revive ahora en la impunidad de María Eugenia Campos Galván. Y…
Me acuerdo que esa lucha ha de continuar.
–––––––––––––––––––––
Para construir este texto me apoyé en la frase “me acuerdo”, empleada por Joe Brainard en 1975, para destacar hechos que tienen que ver con la corrupción política en Chihuahua, con la más reciente y grave, encarnada por el tirano César Horacio Duarte Jáquez.
Esa épica reunión entre noviembre y diciembre de 2014 en el Auditoria Municipal de Chihuahua, Chih. y antes de ello su denuncia ante la PGR coincidente a los días de Ayotzinapa, el 23 de Septiembre de 2014, preámbulo para derrocar a César Horacio Duarte Jáquez y su tiranía y a la postre derrocar al sistema de corrupción de Enrique Peña Nieto, que ha dejado herido de muerte al PRI, el cual agoniza. En Parral dimos cuenta de la denuncia que interpuso, obteniendo la censura de toda la prensa, pero lo logramos. César Horacio Duarte Jáquez sabe que no podrá volver a manipular la vida pública chihuahuense y Javier Corral Jurado también lo sabe, triste papel de Corral Jurado al traicionar esta causa justa por frívolos intereses y no lograr resarcir al Estado, sólo traspalar todo a una venganza y diatriba que raya en lo personal. Chihuahua no debe ser endeudado en esos niveles irracionales, todo lo contrario, eliminaremos esa deuda, pues, todo endeudamiento siempre es un riesgo y ha sido una de las maneras en que el capitalismo exacerbado ha querido someter a las personas y sociedades a la más ruin de las servidumbres, casi casi, a la esclavitud social. Tampoco el comunismo tiene alternativas, es tiránico y totalitario, es otra vertiente del fascismo pues al final siempre tratan de dominar las élites. “Ni todo al Estado, ni todo al mercado”, más aún, ni el Estado ni el mercado, es la persona en toda su dignidad humana y la amplia gama de sociedades naturales de personas que conforman la sociedad. El ser humano en sociedad, vienen menores tiempos. Ni un paso atrás, esa deuda y las obligaciones de Chihuahua que por todos los conceptos ronda ya los $80,000 MILLONES DE PESOS, será aniquilada con justicia y cada préstamo que ejerza el ejecutivo, lo autorice el Congreso del Estado o no, será escrutado centavo por centavo o incluso en ocasiones será denegado por la sociedad misma. Ya estuvo bueno que una casta de privilegiados como los reyesbaecistas, duartistas y corralistas, quienes al final se han mimetizado, finquen su progreso material en la servidumbre, el sometimiento y el mega endeudamiento ilógico de todos los chihuahuenses para vivir ellos una vida de excesos y frivolidad.
SIN DUDA ¡UN ME ACUERDO MATIZADO DE CORRUPCION DE CHIHUAHUA Y DE GUZANOS QUE SE ARRASTRAN, NEGANDO SU CONSCIENCIA DE SI MISMO, UN MEXICO DEBATIDO EN LLANTO! DE TANTA Y TANTA MALDITA CORRUPCION CHIH- OBVIO DESDE HACE DECADAS, SE APAGARON LAS LUCES DE LA REVOLUCION…DE VILLA, ZAPATA, JUAREZ, MORELOS, DEL CURA HIDALGO, LA CORREGIDORA DOÑA JOSEFA ORTIZ DE DOMINGUEZ….ETC ETC ETC…..VD