
El humor no es cosa de risa
Me ha gustado a lo largo de la vida tener diccionarios filosóficos, no nada más como apoyo sino por el gusto de enterarme, abrirlos incluso al azar y leer sus entradas. De entre ellos aprecio el de André Comte-Sponville, que es de los pocos, si no el único, que se ocupa de la palabra “humor”.
Este filósofo francés, vivo y productivo, nos dice que se trata de comicidad, pero más que nada de hacernos reír de lo que no es divertido, por extraño que parezca.
Para demostrarlo, cita a algunos notables de la ciencia y del humorismo. Por ejemplo, el evocado por Freud, quien narra cómo se condujo un lunes a un prisionero al cadalso: “¡Qué bien comienza la semana!”. O ese otro de Woody Allen: “No sólo Dios no existe, ¡intenta encontrar un fontanero en fin de semana!”.
Hay otras frase humorísticas; lo que quiero resaltar es que no se trata de un divertimento, sino de un suceso que a otros puede provocar risa, aunque el hecho en sí sea lamentable.
Por andarme metiendo en estos bretes, diré que un día compartí una historia, humorística en principio, y me fue bastante mal con mis lectoras, principalmente, aunque no faltaron varones que también me cuestionaron. De esto hace años y ofrecí dar una explicación de fondo, deuda que no he pagado, pero que pienso finiquitar algún día de este año.
Lo que sí me queda claro, al final del día, es que el humor no es cosa de risa, como han dicho tantos. Pero no únicamente; es un instrumento primordial para combatir a los tiranos, y aquí en Chihuahua las parodias que publicamos en esta página sobre César Duarte y su corte de corruptos, dan testimonio de ello.
Dice Comte-Sponville: “Si los fieles tuvieran sentido del humor, ¿qué quedaría de la religión?”.

