Columna

Si Trump no quiere delincuentes, que devuelva a César Duarte

Si de veras quiere Donald Trump congraciarse con los mexicanos, al menos parcialmente con la sufridora gente del norte del país, es decir los que están más cerca de su territorio, debería mandarle a los chihuahuenses a César Duarte Jáquez.

Así como lo hace con los migrantes, debería llevar al excacique ballezano a uno de los puentes internacionales y entregarlo a la Fiscalía del Estado en un acto nada protocolario, económico y sin mediar engorrosos trámites de extradición. Ya ve usted que a El Chapo le tomó meses –con escala en Ciudad Juárez– ser llevado del otro lado de la frontera, ahora Trump debería verlo como un gesto de cortesía o, como empresario que es, como un intercambio de exportación. Un detallito, un regalo, una expresión de buena vecindad. A menos de que, utilitarios como son, decida quedárselo y le ayude a construir su muro con el dinero que le robó a la entidad.

Pero Trump no quiere mexicanos delincuentes en su país, como ha dicho reiteradamente, podría usar de ejemplo al exgobernador priísta de Chihuahua. Por eso habría que exigir que actuara en consecuencia: devuelva a César Duarte porque en el estado que desfalcó tiene orden de aprehensión.