Vino y se esfumó rápido una nota singular. Se supone que alguien creó una cuenta de Facebook y apoyándose en el Banco Azteca pretendió extorsionar a incautos, aprovechando el nada respetable nombre del secretario de Hacienda, Jaime Herrera Corral. Pretendían practicar en alto volumen el jugoso delito de la extorsión y la noticia circuló en medios locales y nacionales, pero insisto, como vino se fue.

Quizá se trata de una pírrica cortina de humo del cómplice de Duarte, quizá del empleo de su nombre atado perennemente a su fama bien ganada de corrupto como patente de corso para hacerse de dinero malhabido. Quién lo sabe. Pero no es extraño que en el modus operandi del hampa se emplee a figuras de la delincuencia para realizar este tipo de acciones, y qué mejor que la bien ganada fama del cómplice de Duarte para atemorizar a las posibles víctimas. Parece que Jaime Herrera se escamó con este supuesto hecho y hasta pensó qué incautos los que le quieren dar machetazo a caballo de espadas.

Como insinuó un periódico digital, pa’ que vea lo que se siente.

Dizán Vázquez, el exorcista

Por avanzada senda tridentina y al parecer con una muy mala lectura de Bram Stoker, el famoso irlandés que creó la mítica novela Drácula, ya ganó Dizán Vázquez los méritos suficientes para que lo arrope Ausencio Miranda Weckmann como el exorcista de la Transilvania chihuahuense.