El rencor contra las mujeres salió de Palacio
Justo ayer, un día antes de la conmemoración del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, y tras las agresiones periodísticas en contra de la corresponsal de Proceso en Chihuahua, Patricia Mayorga y de dos integrantes de agrupaciones en defensa de los derechos de las mujeres, varias integrantes de diversas organizaciones no gubernamentales solicitaron públicamente una Declaratoria de Alerta como mecanismo de protección.
En los últimos días, el detonante obvio fue que Patricia Mayorga publicó, al igual que otros medios, el escándalo y rencor que suscitó en el gobierno duartista el hecho de que en pleno informe de la presidenta del Instituto Chihuahuense de la Mujer (ICHMUJER), Emma Saldaña, varias activistas como Lucha Castro, Alma Gómez y Blanca Gámez, entre otras, salieron a defender a la funcionaria de las agresiones, físicas y verbales, que ha padecido Saldaña por parte del secretario de Desarrollo Social, Jose Luis García.
Paralelamente, está la disputa por el Colegio de Periodistas. Como Patricia Mayorga forma parte de esta agrupación, la cual mantiene un litigio por la legitimidad contra el equipo de reporteros que dirige Osbaldo Salvador, propietario y director del diario digital La Opción, dicho portal publicó que la corresponsal de Proceso se encontraba “envuelta en líos judiciales”, por ser firmante de un amparo promovido por los primeros. Y en la superficie, en la cotidianidad, se encuentra el machismo, la misoginia, el desquite y el revanchismo de un gobierno que en los discursos, como los que hoy mismo menudearán institucionalmente, la mujer lo es todo. Pero la doble cara de un duartismo cuyo rostro inmediato, en el caso que nos ocupa, lo aporta el secretario de Gobierno, Mario Trevizo, no se ha hecho esperar.
A Mario Trevizo se le advirtió de los conflictos entre Saldaña y García, pero lo dejó pasar, y hasta podría decirse que los alentaría por el hecho de llevar –sí, de llevar- a García al informe de Saldaña. Al duro secretario de Gobierno las dirigentes de las agrupaciones de mujeres le advirtieron el peligro de que un medio que controla el duartismo, como La Opción, estuviera difamando precisamente a las mujeres. Y lo dejó pasar. Horas más tarde, además de calumniar a Mayorga, Osbaldo Salvador a través de su medio, intentó desacreditar a las activistas Lucha Castro y Blanca Gámez como malévolas depositarias de dineros del erario.
Por eso salieron ayer, frente al Palacio de Gobierno y al pie de la emblemática Cruz de Clavos, a urgir al gobierno federal, ante la indiferencia del local, a que cese el acoso contra las mujeres y las periodistas, en un estado como Chihuahua, donde desde 2009 a la fecha 19 defensores de derechos humanos han sido asesinados en medio de la impunidad, según cifras dadas a conocer por Alejandra Nuño, abogada del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM). Por eso enviaron una solicitud de Declaratoria de Alerta a Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación y presidente de la Junta de Gobierno para Proteger a Periodistas y Personas Defensoras de Derechos Humanos.
Por eso el rencor de Mario Trevizo. Por eso la vendetta bien remunerada de Osbaldo Salvador.