La semana pasada, como nota perdida e insignificante –en realidad lo fue–, las fracciones parlamentarias de lo que se autocalifican como la izquierda en el Congreso de Chihuahua, dieron a conocer su pretensión de que la presidencia de esta institución, actualmente de fachada, sea rotativa entre los diversos partidos. En otras palabras, aspiran a subir el peldaño que los convierta en los navarretes, aureoles, barbosas de este desierto solar legislativo. Quieren agregar un minuto más a los cinco de fama que han tenido por vender sus siglas. Es decir, aspiran al oropel y al relumbrón y obviamente a codearse con su jefe, el cacique de estas tierras. Preconiza esta idea Hortensia Aragón Castillo, integrante en el pasado de la dirección nacional del PRD que encumbró a Ángel Aguirre a la gubernatura de Guerrero. Están totalmente ausentes de los grandes problemas de la entidad, pero eso sí, aspiran a estar no tan sólo en el pódium imparlamentario, sino también en la presidencia, cual adornos de la naturaleza que han tenido los últimos años un Javier Benítez o un Miguel Salcido. La gráfica que presentamos aquí, a mi modo de ver, dice más que mil palabras. ¿O no?
Yerno diputado de Romero y “colegislador” con su esposa Teporaca, amenaza al nepotismo
El diputado local, Fernando Reyes, de Movimiento Ciudadano, declaró hoy que van con todo contra el nepotismo en el Supremo Tribunal de Justicia. Y lo que son las cosas, habló el yerno del secretario general de Gobierno, Raymundo Romero, y además consorte de Teporaca Romero del Hierro, también diputada y compañera de legislatura, pero por el PRI. En este caso Reyes no se mordió la lengua, porque es sabido que en el anatómico lugar donde esta se ubica ya sólo hay una garganta mecánica que ni el mejor jilguero utiliza para sus gorjeos. Como aquel que dijo recientemente: “¡¿Qué vamos a hacer cuando ya no esté usted, señor gobernador?!”. Con yernos así el nepotismo tiene garantizada larga, larga, laaaarga vida.