Al Diario de Chihuahua ya no lo compren
Estos días han sido el colmo con la prensa de papel, y por tal entiendo El Diario de Chihuahua, en este caso. Es, de inicio, un abuso contra el público consumidor de periódicos, porque su semejanza absoluta con los avisos judiciales y notariales lo identifican con la función del Periódico Oficial del Gobierno del Estado.
Eso, por una parte; por otra, la publicidad gubernamental a todo color abunda en varias páginas, difundiendo nimiedades. Aparte de lo sesgado de la información y de que la página editorial, en particular la del director, se reduce a las intrigas palaciegas, los opinadores en buena medida también son apologistas del régimen maruquista.
Puede ser que sea polémico el equilibro que debe haber en cualquier periódico entre la información y la cantidad de anuncios publicitarios, pero en el caso de El Diario estos últimos se exceden en la sección principal, pues más de un tercio del papel se imprime con esta característica, y es lógico suponer que quien compra el medio lo hace para informarse y no precisamente para tener en sus manos un volante comercial.
Sé que es de ingenuos pedir que el dueño del periódico se conduela de estas líneas, es decir, de su contenido, si lo que le importa es el dinero público que se lleva mes a mes de las arcas del estado, lo que hace evidente que como medio está condenado a la extinción financiera, y esto explica que se recargue en los recursos del gobierno, que son en realidad los de la sociedad.
Por eso la propuesta es que ya no compre El Diario de Chihuahua y que los editorialistas de lujo ya no le hagan el caldo gordo al gobierno en turno.