Maru quiere hacer las paces con AMLO
Quizá porque sea 14 de febrero, Día del amor y la amistad, la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, decidió arriar banderas ante López Obrador y su Cuatroté. Si es mero protocolo, quedaría en una de esas declaraciones que pasan sin pena ni gloria y que un día después nadie las recuerda. Pero no está de más que aventuremos un comentario que puede ser menos efímero.
En primer lugar esas banderas bajan del asta luego de que Campos Galván haya hecho pronunciamientos sumamente belicosos que incurren en la majadería callejera. Recordemos que no ha mucho dijo que en Chihuahua “le romperían el hocico a MORENA”, y la última, para no hablar de lo que quedaría en medio del paréntesis, fue cuando le espetó al presidente de la república que dejara de “hacerse pendejo”.
Desde esa plataforma se lanza ahora como una invitación a fumar la pipa de la paz. Si la actual afirmación fuera un simple acto fallido, no dejaría de tener una miga detrás de sí y es la que hay que visualizar.
En concreto, quiere que haya un modus operandi pacífico porque quizás las cuentas no le dan para ganar la mayoría electoral en los comicios de este año. En otras palabras, tomar la vía pacífica porque el plebiscito le dirá que no a su gobierno y tendrá que vérselas en otro, a lo que se ve, el de Claudia Sheinbaum, porque pensar que Xóchitl Gálvez apalancaría al PAN en Chihuahua es mera ilusión.
¿Maru arría banderas porque sabe que va a perder? Esa es la cuestión.
Por lo demás, es una declaración hipócrita y tardía. No sólo eso. No ha comprendido la esencia del lopezobradorismo que le imprime su líder indiscutible, quien sólo acepta capitulaciones completas. Lo demás no le interesa y esa es la otra cuestión.