El vientre legislativo de Maru se satisface en el Distrito Uno
Lo que Maru Campos y su testaferro Mario Vázquez Robles no consiguen por los mecanismos legales del congresismo, lo sellan en el lujoso restaurante Mochomos del elitista Distrito Uno de la ciudad de Chihuahua. Ahí los cortes y los coñacs se convierten en poderosos argumentos.
Ahí se ha planchado, hasta donde es presumible afirmar esto, la Ley Orgánica de la UACh, de tufo reeleccionista, a menos que esto último sea una especie de señuelo para posteriormente designar a Mario Trevizo Salazar, secretario y cómplice de César Duarte, que por artes de no sé qué ha evadido sus responsabilidades ante la justicia.
Si Jesús Villalobos Jión es una bofetada a la modernización de la UACh, Mario Trevizo es un insulto a las finalidades que se asignan a la vida académica. Pero insisto, buen filete mata argumento.
Por otra parte, todas las iniciativas de la gobernadora se dictaminan con celeridad, con celofán y moño. Así como hace poco le autorizaron a Luis Lara enriquecer su patrimonio inmobiliario, convirtiendo a la gobernadora en una especie de Robin Hood al revés, que roba a los pobres para dárselo a los ricos, ahora se han autorizado tres ventas –supuestamente onerosas– a varias compañías, fundamentalmente extranjeras, dilapidando el patrimonio inmobiliario del estado.
Hay tres decretos: uno, autorizando la venta de un terreno de 407 metros cuadrados a la empresa Caimán Investments SAPI de CV, aquí en la ciudad de Chihuahua; otro, en favor de Perfiles del Real, SA de CV, con una superficie de 24 mil metros cuadrados, también en la ciudad de Chihuahua. Y hay un tercer bien inmueble, de más de 13 mil metros cuadrados, que se va a enajenar en Nuevo Casas Grandes para la empresa Lear Mexican Trim Operations S de RL.
Las iniciativas presentadas por la gobernadora, rápidamente se dictaminaron cual simple mercancía. Los argumentos, tanto de la iniciativa como de los decretos, dejan mucho qué desear, pero hablan claro de un punto: este gobierno busca dinero donde haya, dilapidando patrimonio, replaqueando automóviles, encareciendo los servicios del estado e incrementando las multas. Así se engorda el cochinito para la Torre Centinela.
Probablemente en las agencias formales del Congreso no se obtuvieron los acuerdos para sacar esto adelante, y se hizo necesario acudir a una agencia informal donde la discusión se aligera, con buen salmón, buenos tintos, algunos jaiboles, mejores habanos, chinchón y otros menjurjes. Así trabaja el vientre legislativo.