Sin categoría

Juan Carlos Loera: no hay más ciego que el que no quiere ver

En el mundo bipolar que propalan MORENA y la Cuatroté, destaca la voz de Juan Carlos Loera acá en Chihuaua, que juega una dualidad imperceptible de funcionario público y líder partidario de facto. 

En sus textos, y aunque la ocasión no lo amerite, incurre en dislates frecuentemente, y dentro de ellos hay uno que llamó poderosamente la atención: tiene que ver con el resultado del reciente proceso revocatorio, del que responsabilizan al Instituto Nacional Electoral, aún y cuando este salió bien librado del desarrollo de ese primer experimento. 

Con tal de denostar, Juan Carlos dice que ni en los tiempos más negros del PRI se había visto un comportamiento tan parcial. (Estoy siendo generoso en la reseña). Pero, ¿qué significa esto? Tanto como sostener un comparativo inadmisible para la lógica y para la historia: que estábamos mejor cuando Manuel Bartlett capitaneó desde el Estado el fraude descomunal de 1988 y con todo lo que se sabe de la famosa “caída del sistema”. 

Quieren hacer historia convirtiendo a Bartlett en “patriota” con tal de caer en la pifia de ser los artífices de la inauguración de la historia de este país. Al hacerlo, caen en el pecado de la desmesura, los que tienen la talla para eso; o se simples barberos, como en el caso del personaje del que me ocupo, ciego por voluntad propia.