Con el padrinazgo de Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum se reunió con el senador Miguel Ángel Yunes Márquez, en la sede que la presidenta electa emplea como su oficina, en espera de asumir la presidencia de la república el próximo 1 de octubre.
Como es fama internacional el senador en cuestión ya quedó registrado como traidor al haber emitido el único voto faltante para la aprobación de la reforma judicial. Yunes Márquez es seguro que busca su acomodo dentro del oficialismo en MORENA y la impunidad a que se hizo acreedor al comprometerse a votar a favor de la consabida reforma.
Se puso en escena en el estilo más pedestre imaginable en estos casos porque interrogada la presidenta electa contestó lisa y llanamente “llegó a saludar y nada más”, pero de la trascendencia pública de lo que se conversó no se dijo nada. Es secreto aparente porque la realidad es que se le construye una vía para que consuman otras traiciones a lo largo del sexenio.
Se ve mal doña Claudia y como dijo el clásico “qué necesidad”.
Entrevista Sheinbaum-Yunes: qué necesidad
Con el padrinazgo de Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum se reunió con el senador Miguel Ángel Yunes Márquez, en la sede que la presidenta electa emplea como su oficina, en espera de asumir la presidencia de la república el próximo 1 de octubre.
Como es fama internacional el senador en cuestión ya quedó registrado como traidor al haber emitido el único voto faltante para la aprobación de la reforma judicial. Yunes Márquez es seguro que busca su acomodo dentro del oficialismo en MORENA y la impunidad a que se hizo acreedor al comprometerse a votar a favor de la consabida reforma.
Se puso en escena en el estilo más pedestre imaginable en estos casos porque interrogada la presidenta electa contestó lisa y llanamente “llegó a saludar y nada más”, pero de la trascendencia pública de lo que se conversó no se dijo nada. Es secreto aparente porque la realidad es que se le construye una vía para que consuman otras traiciones a lo largo del sexenio.
Se ve mal doña Claudia y como dijo el clásico “qué necesidad”.