Los primeros seis meses del gobierno de Campos Galván permiten proyectar lo que será el tiempo constitucional de su mandato. Más que acciones y resultados, día a día se despliega una narrativa a cargo de persuasores a sueldo en la que su figura destaca por “grandes acciones” que luego vendrán. ¿Cuándo? Nadie lo sabe. La fachada cuenta más que lo que está detrás.

Ha realizado dos viajes al extranjero, uno a España y otro a Estados Unidos, sin que se sepa realmente el porqué y mucho menos qué se ha obtenido de esos sospechosos viajes. Nos dijo, en relación a su periplo en España, que habría inversiones de empresas energéticas, en medio de la disputa no resuelta por las instituciones federales que serán, al resolverse, las que posibiliten o impidan las eventuales inversiones.

De Washington, a donde fue a visitar su casa de estudios, lo tomó como premisa para traer capacitación de Amazon cuando ya eso ya está al alcance de millones de personas a través de sus propios dispositivos. Aparentar que se hace, cree que le genera simpatías, y lo peor de todo es que con estos espejitos sí engaña a algunos. El trasfondo de ese viaje debe estar bajo escrutinio.

Otra apariencia tiene que ver con cierto desprecio a la capacidad alcanzada por hombres y mujeres de Chihuahua con talento y expertisse para asumir funciones complejas. Así convirtió a Luis Gerardo Serrato, sonorense de ultraderecha, en coordinador del Gabinete, dándole el rango de su función de Secretaría de Estado, cuando no pasa de ser una simple oficina técnica de interrelación.

¿De qué artes se valió Serrato para escalar? No lo sabemos. Pero ya le ha dado réditos al gobierno maruquista al traernos a su paisano Arturo Durazo, gobernador morenista de Sonora con el que se cacaraqueó una inversión de 14 mil millones de pesos, que no se tienen, para mejorar la carretera que une a La Junta, Chihuahua, del municipio de Guerrero, con el puerto de Guaymas, que no sabemos si ya es un confiable puerto de altura. Pero las apariencias se publicitan y entonces lo que es una intención y mejorar una vía ya existente, se presenta como el logro para unirnos con Juárez y gran parte de los Estados Unidos.

El prometer no empobrece, basta ver el margen real de inversión que pueden tener ambos gobiernos locales para hacerse cargo de las dificultades de esto, y desde luego no está por demás preguntarse porqué no ese intenta, mejor, una modernización del ferrocarril Chepe para que los túneles permitan el paso de carros con tres o cuatro contenedores encima. Pero no sólo, priorizar, por ejemplo, el mejoramiento de las comunicaciones locales y de las calles de las principales ciudades del estado.

Pero eso no vende. Lo que vende es la apariencia de magnificencia. Hasta en eso se parece a la mitomanía duartista.

Y en esa misma ruta llega Alan Bersin, publicitado como asesor del presidente Obama para contribuir con sus conocimientos a la seguridad de Chihuahua. ¿Cuáles son sus cartas credenciales reales? Sólo unos cuantos en el Palacio de Gobierno lo saben. Pero eso sí, se supone que estuvo a un lado de Obama, aunque no sabemos a qué distancia. Todo sea por aparentar que se está en una especie de ligas mayores en las que las finanzas públicas se manejan por Ernesto Cordero, quien fuera secretario de Hacienda con Felipe Calderón, dejando en un segundo plano al titular formal de esa dependencia.

Por último, resulta vergonzoso y muy poco convincente poner a un grupo de jóvenes, hombres y mujeres, a despintar el Palacio de Gobierno por los sucesos del pasado 8 de Marzo, para dar la apariencia de una especie de brigada cívica enamorada del edificio público al que quieren restituir en su belleza.

Ahí se produjo una escena que pinta de cuerpo entero la falsedad con la que se conduce Campos Galván: sentada en los escalones, en un signo de aparente humildad, interrogó a una jovencita delante de la prensa, de manera supuestamente aleatoria, a quien le preguntó con sesgo cómo veía el hecho de que le había “tocado” ese trabajo para corregir el de otras mujeres, a lo que la adolescente respondió con sencillez que cuando mataron a Marisela esta realizaba una acción pacífica. De ahí se desprende que aparentar no genera dividendos.

Y así podríamos enumerar muchas otras situaciones, entre otras el comportamiento supuestamente caballeroso del secretario de Gobernación de AMLO, Jesús Adán López, con el que, como es obvio, se mantienen diferencias abismales.

El colofón de todo esto es que Maru simula y disimula, engaña circunstancialmente pero la moneda falsa termina por no ser aceptada por nadie.