Muy pronto, y en hechos aparentemente pequeños, el estilo duartista de gobernar se ha hecho presente. Ayer elementos de un cuerpo policiaco sometieron a un modesto ciudadano por la fuerza y por el simple hecho de querer ingresar al Palacio de Gobierno, un edificio público que nos pertenece a todos.

Se trata de un miembro de la organización cívica Retén Ciudadano, que permanentemente lucha por los intereses de una colectividad numerosa y abandonada.

El abuso policial es más que evidente si observamos la fotografía tomada a la hora de que dos agentes armados literalmente aplastan al integrante de Retén Ciudadano, que aún así les reclamaba su comportamiento.

Vuelve el viejo estilo de la soberbia y el patrimonialismo de creer que el Palacio es para la que se cree la princesa encantada de Chihuahua.

Hay que levantar la voz. La historia no se puede repetir.