Aunque es metástasis del cáncer que carcome a Chihuahua, El Diario de Osvaldo Rodríguez Borunda denuncia hoy la corrupción en el Poder Judicial del Estado de Chihuahua.

Es una historia vieja y solapada por los medios de comunicación. Tiene que ver con los sueldos y jubilaciones indebidas. También es una historia de mediocridad con la que se ha agredido la división de poderes en Chihuahua y la sumisión de un poder que sólo en teoría es garante de eso que retóricamente saborean en sus discursos los políticos empoderados y que llaman Estado de derecho.

La historia de hoy tiene que ver con tres fichas prohijadas en la cima del poder en el Tribunal Superior de Justicia. Se trata de Rodolfo Acosta Muñoz, José Vázquez Quintero y Miguel Salcido Romero. Aunque el periódico de marras habla de las cantidades que reciben y que en realidad son superiores, indica para cada uno de estos jubilados de élite se entregan mensualmente 142 mil pesos, en otros casos 116 mil, o igual cantidad respectivamente para cada uno de estos parásitos de la burocracia y la política autoritaria de Chihuahua de los últimos años.

Van pequeños datos que nos hablan de estos abogados:

Empiezo por Rodolfo Acosta Muñoz, al que se le promulgó una Ley Orgánica del Poder Judicial a la que sólo le faltó un artículo que dijera con todas sus letras que iba a ser el futuro presidente del Tribunal Supremo por obra, gracia y dedazo de su amigo José Reyes Baeza, el gobernador de 2004 a 2010.

En la historia negra de Acosta Muñoz está el famoso caso judicial que, avanzando el tiempo, tuvo como colofón la muerte de Marisela Escobedo.

A su vez, Vázquez Quintero fue un magistrado presidente efímero que faltó a la confianza de quienes lo eligieron, retirándose del cargo cuando César Duarte le indicó que debía hacerlo porque no tenia el voto de palacio, que ya le pavimentaba el camino al que quizá sea el peor de todos: Miguel Salcido Romero, que manchó la toga de la manera más grotesca que podamos imaginar cuando sirvió a César Duarte de botarga y caricatura.

No es poca cosa, si nos hacemos cargo de eso que he dicho reiteradamente: el crimen sí paga, y paga bien. Se premia la mediocridad y la corrupción hasta con pensiones dinámicas; por eso han inventado el concepto de “magistrado en retiro”. Si hay una porquería, esta es una de ellas.

Pero mientras los ciudadanos no sean una fuerza activa y presenta, veremos cosas peores como señala un libro sombrío del Nuevo Testamento.