Elecciones: empezaron las declinaciones
Cosas nuevas veredes. En el escenario nacional ayer asomaron las orejas fenómenos que no habíamos visto antes aquí, y que son normales o recurrentes en algunas democracias del mundo. Informo y me explico:
El oligarca sonorense Ricardo Bours, postulado por Movimiento Ciudadano, sin aparente consulta con su partido, se sumó a Ernesto Gándara de la coalición PAN-PRI-PRD. Así se alinea para derrotar al candidato morenista, Alfonso Durazo, el fracasado secretario de seguridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La declinación, sin duda, abre un boquete significativo rumbo a la inminente elección del primer domingo de junio.
Y en el estado donde “se rompen las olas”, Sinaloa, Tomás Saucedo, del Partido Verde, declina sus aspiraciones para cerrar con MORENA, sumándose a Rubén Rocha. Generoso, el morenista Rocha dijo que hay “coincidencias programáticas”, sin decir cuáles, y que además serían increíbles, dado que la franquicia verde se vende al mejor postor.
Ambos sucesos explican alineamientos que se están generando, sea para contener a MORENA o para prodigarle beneficios aliancistas. Son acuerdos cupulares, influyentes sin duda, pero poco tienen que ver con el interés concreto y específico de la ciudadanía.
En los otros estados es previsible que sucedan acuerdos de esta naturaleza y Chihuahua está en la lista. Aquí el ancestral conflicto PRI-PAN influye más de lo que suponemos.
Desde 1956, con la imposición de Teófilo Borunda como gobernador, defenestrando al panista Luis H. Álvarez, se generó un odio refrendado en diversos momentos y no se diga en los años de 1983 y 1986. Pero sin duda eran otros tiempos, y ahora el oportunismo ya abrió una fisura, pues ambos partidos nacionalmente van coaligados y aquí comparten candidatos en algunos distritos.
Dicen que del odio al amor sólo hay un paso, y aquí más que ambos sentimientos está el interés del poder, de tal manera que no será de extrañarse que caigan algunas máscaras para ver un emblema tricolor y tan celeste como el cielo de Chihuahua.
También hay otros fenómenos incipientes, pero significativos. César Cabello, priísta de cepa, catedrático universitario, hombre respetado y buen amigo del que esto escribe lo ha dicho con todas sus letras: él como ciudadano libre cerrará filas con María Eugenia Campos Galván, y sus razones se fundan en el panorama que observa como se conduce la república.
¿Crecerá exponencialmente este fenómeno? No lo sé, pero sin duda que se le allanaría el camino si la señora Graciela Ortíz siguiera la senda que se ha abierto en Sonora y Sinaloa; aunque es de esperarse, si eso aconteciera, que la escasa tribu priísta en desbandada se fuera a MORENA, en parte, y también en parte, al PAN, donde ideológicamente y por intereses concretos han estado de hecho.
Pocos días faltan para despejar la incógnita, el primer domingo de junio llegará de manera inevitable y entonces, sentados frente a la computadora, podremos hablar de eso que son los hechos, no las opiniones y mucho menos las conjeturas.