En cualquiera de los escenarios posibles, el escándalo de corrupción llamado Maru Campos debe ser transparentado en todas sus partes, por lo que respecta al procedimiento penal. Todos queremos saber todo. La secrecía sólo beneficia al PAN, en el caso de la alcaldesa, porque así nada se sabría de sus andanzas con César Duarte; y por el lado de Javier Corral se podría poner un muro para esconder su fracaso. Se supone que el nuevo sistema penal se sustenta en la publicidad, que lleva a la sociedad en general los elementos suficientes para ir clarificando si realmente hay justicia y Estado de derecho o simples pantomimas como las que se le cuestionaron al antiguo sistema de enjuiciamiento. 

He dicho que el PAN de Maru está jugando a los hechos consumados. En este caso se quiere convertir en candidata, ya con todas las formalidades, una vez que se libere del contratiempo penal; así, aplicaría la regla de su maestro, de que “el poder es para poder” y entonces se pondría al frente de una candidatura que, de llevarla al gobierno, proyectaría la impunidad descomunal a la que aspira con todas sus fuerzas, ocultando, vía diferimiento, que la verdad se trasmine en partes.

Es muy factible que María Eugenia Campos esté haciendo un cálculo jurídico que le permita que se dicte el sobreseimiento de la causa, lo que significaría llevar en sus alforjas una sentencia absolutoria, sin que nadie, a ciencia cierta, sepa qué pasó, qué hubo, el porqué de las entregas de dinero de César Duarte a una diputada que gozaba de sus dietas pero que vendía servicios y le pagaban por ello. 

Puede ser que quienes están levantando la solicitud de máxima publicidad lo hagan porque esperan ese sobreseimiento; pero aún y así, es mejor que todo se ponga en la vitrina a que en los confines de una oficina se cumpla la consigna de liberar a la candidata de la pesada losa, para que continúe en la búsqueda de sus empeños. 

Por lo que respecta a esta columna, esta causa, como en el béisbol, se acaba hasta que se acaba, y hay que darle fin porque de que la miga de la corrupción está presente, no hay duda.