La herida de la corrupción en Chihuahua no ha cerrado. Además, por tratarse de un problema tan añejo y acendrado, no es previsible que se resuelva de la noche a la mañana como piensan algunos ingenuos. 

A partir de esa premisa es señal de que Unión Ciudadana tiene, hoy más que nunca, tareas ineludibles y que ha de redoblar su esfuerzo para continuar el combate contra la corrupción política desde la sociedad, sin facciosidad, y sin parapetarse en la búsqueda del poder político. Se trata de una lucha transversal a toda la sociedad, que incluye a todos los militantes de partidos políticos comprometidos con una alta moral pública. Por tal motivo, su papel es irrenunciable. 

Y congruente con lo anterior, es la hora precisa de deslindarnos de todo oportunismo. Quienes creen que el resultado electoral purificó a los cómplices de la corrupción, están equivocados. El PAN y su candidata triunfadora tienen deudas pendientes y a su tiempo deberán saldarse. 

El ser electo a un cargo público no exonera de las responsabilidades penales; da poder, no lo niego, pero si esto se emplea para patrocinar la impunidad, la corrupción tendrá un mayor anclaje y vivirá, para desgracia de la sociedad, respaldada en la ocupación de las instituciones públicas. 

Hagámonos cargo de un hecho: según la información oficial, durante esta elección hubo menor participación electoral que en la de 2016. El abstencionismo alcanzará el 53% del padrón electoral (cifra verificable en unas horas más) y de ese porcentaje una minoría del cuerpo ciudadano se inclinó por el PAN y el adefésico PRD. Nada de qué enorgullecerse y sí preocuparse, si al menos se tiene capacidad de ruborizarse por la ausencia de una democracia consolidada. 

Los partidos fracasaron, las libertades públicas de limitaron, la izquierda no tuvo los contornos deseados para una contienda como la actual, y los ciudadanos quedaron ayunos de alternativas sólidas y confiables. 

Por eso, Unión Ciudadana refrenda su compromiso de continuar adelante. Si algunos creen que la elección lavó toda la historia, allá ellos, pero les convendría penetrar en el conocimiento de esa historia y sacar las conclusiones adecuadas. 

Ahora que si quieren echar las campanas al vuelo por el resultado del domingo, también están en su derecho, los respetamos con la discrepancia correspondiente para la que pedimos tolerancia y sobre todo comprensión y conocimiento.