La revista Status que publica El Heraldo de Chihuahua para nutrir la sed de notoriedad de una ínfima capa de la sociedad, ahora en su última edición, coloca la fotografía de la señora Sol Sánchez y además le otorga dos páginas interiores para una larga entrevista.

Pero, ¿quién es Sol Sánchez? Además de ser una mujer norteña, madre y esposa, es una parralense que está casada con el expresidente de Parral y dirigente estatal real de Movimiento Ciudadano, Alfredo “El Caballo”Lozoya, y es aspirante a alcaldesa de la llamada capital del mundo. Por eso, en esa entrevista, dice estar convencida de que un mejor futuro es posible y que hay que construirlo.

Por supuesto que a ese mundo se puede llegar, piensa ella, montada en un caballo tipo percherón, de gran finura, y por tanto de precio muy alto, y ataviada con unos tenis fosfo-fosfo.

Todo esto no es gratuito y ni siquiera podemos suponer que haya un interés periodístico en dar a conocer a la señora Sol Sánchez, sino con su promoción para contender por la candidatura de la presidencia municipal de Parral.

Esa es la miga de todo esto, y habrá que preguntarse en qué está pensando este partido, si es que realmente aspira a convertirse en una alternativa electoral en Chihuahua.

En primer lugar el medio circula casi exclusivamente entre las élites más refinadas por su linaje en la capital del estado, que de antemano ya tienen decidido el mundo en el que quieren vivir; es más, en el que han vivido por varias décadas y que jamás dejarán.

Desde esta óptica, el tiro publicitario que se pretende jamás dará en el blanco, y quizás sólo alimente el ego de quienes compraron el espacio para aparecer en sus páginas.

Uno se pregunta acerca de la miseria de estas ocurrencias, porque alguien se convencerá de un partido que tiene como discurso los tenis fosfo-fosfo. Será que la filosofía política de Movimiento Ciudadano ha descendido tanto como para tener a la esposa del gobernador de Nuevo León como una inspiración.

Se trata de un tiro al vacío y seguramente una vacilada del diputado Francisco Sánchez, que presume de ser geoestratega político.

¡Pa’ su mecha!