Enemiga declarada del endeudamiento, la gobernadora Maru Campos no sólo contrato un nuevo financiamiento dos días después de tomar posesión, sino que, a un año de su gobierno, vuelve a esa práctica. El día de hoy se hizo pública la licitación para convocar a los bancos y contraer más deuda pública, con el disfraz de que será destinada a inversiones productivas que la misma convocatoria no describe.

Esta convocatoria a los bancos es por la cantidad de más de 479 millones de pesos, sin contar todo el costo accesorio que una operación bancaria de este corte trae consigo.

Los bancos deberán presentar sus ofertas a más tardar el 8 de diciembre, día que antecede a la casi simultánea tramitación de los tres instrumentos básicos de las finanzas públicas, como lo son su Ley de Ingresos, el Presupuesto de Egresos y el Estado de la Cuenta Pública.

El estado de Chihuahua actualmente, de igual manera que lo hicieron los gobiernos precedentes de César Duarte y Javier Corral, tiene una dependencia casi patológica, una especie de Síndrome financiero de Estocolmo con los bancos, a los que mes a mes le abona cientos de millones de pesos mientras se carece de lo estricto en un sinnúmero de renglones que ameritan mayor atención, como Pensiones, servicios de salud, educación, mejoramiento de la infraestructura carretera, entre muchas otras.

Maru Campos va sobre los pasos que le marcaron los gobiernos anteriores: el de Duarte, del cual es discípulo; y el de Corral, que corresponde al mismo signo partidario.

Este nueva licitación, que desembocará en un acrecentamiento de la deuda, merece un análisis más profundo y se deben transparentar los motivos, de tal manera que la ciudadanía sepa a fondo de qué se trata, porque la propia convocatoria es oscura deliberadamente y es una simulación de transparencia que no se sostiene.

En conjunto, habrá que examinar cómo vendrán las políticas de ingreso y presupuestación.

Por lo pronto, Maru Campos nos ha mentido todo este tiempo.