Según el diputado Cuauhtémoc Estrada, el estado de Chihuahua, con sus finanzas propias debe reparar tramos carreteros federales. Este es uno de los dislates mayores que se han pronunciado recientemente en el Congreso local.

Es deplorable el papel que hace el diputado de MORENA y coordinador de esa bancada al dar a conocer este tipo de opiniones; se olvida que es legislador pero actúa sólo con un sentido de facciosidad, aparte de que es frecuente que no ahonde en las propuestas y alternativas que la sociedad espera del Poder Legislativo.

La facciosidad tiene un sentido de oportunismo electoral para tratar de atemperar las críticas al gobierno de Andrés Manuel López Obrador por no invertir en el mantenimiento de la infraestructura carretera federal en territorio chihuahuense.

Tengo entendido que el diputado de MORENA tiene formación jurídica y que algo sabe del régimen de competencias y obligaciones que se desprenden expresamente de la ley como para que venga con esta tomadura de pelo.

Las obligaciones están perfectamente delimitadas y, en perspectiva, habría una de dos: o todas las carreteras son federales, o todas son locales, con las correspondientes obligaciones presupuestales y mantenimiento de una infraestructura indispensable para la conectividad.

En un federalismo bien trazado, habrá caminos y carreteras en ambos órdenes de gobierno, con sus ventajas y desventajas, con las cargas correspondientes o el aligeramiento de las mismas.

Parece que el diputado Estrada pasa por alto algo tan sencillo, simplemente para pretender quitarse de encima las críticas, muy frecuentes, por las condiciones en que se encuentran los tramos federales en la entidad. Ni siquiera parece diputado local y aparenta estar del lado de sus representados.

Pero además lanzó un sofisma mayúsculo: dice que por las carreteras en territorio chihuahuense transitan una mayoría de chihuahuenses. Seguro estoy que no tiene estadística alguna que respalde su dicho. Porqué mejor no se refiere a la circulación de mercancías –lícitas e ilícitas– que circulan por las carreteras federales a través del sistema federal de transporte y que esos sí están haciendo negocios con la infraestructura carretera, aparte de ser los más depredadores de la misma.

Pero a Cuauhtémoc Estrada eso le importa un comino. Lo más importante es pretender lavarle la cara al gobierno federal por el abandono de estas vías de comunicación federal.

Por otra parte, toca un tema de fondo que tiene que ver con la cuotas de peaje, soporte muy importante de los ingresos estatales; y ese, sin duda, es un debate fundamental e improrrogable.

Pero no se ha visto ninguna alternativa en todos estos años en que los morenistas tienen varios escaños en el Congreso local. Todo sea por alabar a López Obrador.