Para la sociedad chihuahuense, no ha sido una inversión favorable el haber creado el Consejo de la Judicatura. En el medio de los abogados y los justiciables, con los que he conversado al respecto, señalan que los dividendos no se ven por ningún lado.

Como se sabe, esa institución es una copia del Consejo que se creó para el Poder Judicial de la Federación, y además llegó tarde a la entidad, si lo vemos comparativamente con el resto de los estados.

El Consejo de la Judicatura en Chihuahua, se suponía, iba a descargar el tiempo de los magistrados y jueces de las arduas tareas administrativas. Pero aquí no sucedió así. El ente se ha convertido en parte de la arena política, el medio para el control político del Poder Judicial, y no se diga la intromisión político-partidaria de los gobernantes en turno, que se han apoderado de ese órgano, que ven más como una Inquisición que como un instrumento para aligerar cargas a los juzgadores de ambos grados, y que nada tienen que ver con la función jurisdiccional.

Quizá tendrán que pasar muchos años para que se corrija su rumbo y recupere la esencia.

En el futuro inmediato no se ve que así sea. El día de ayer fueron nombrados dos consejeros de la Judicatura de raigambre estrictamente política. Se privilegió, con sendos cargos, en primer lugar a Luis Villegas Montes, militante panista de muchos años y hombre que trae consigo el conflicto a flor de piel.

Villegas Montes llegó al cargo de magistrado por una componenda del PAN con César Duarte, como ya se ha dicho hasta la saciedad. Ahora se pronostica que ocupará, en la escena política, el papel que le tocó jugar a la afamada Lucha Castro durante el corralismo. Y sí, da el perfil, aparte de querer jugar el rol de intelectual orgánico del maruquismo.

El otro designado es Filiberto Terrazas Padilla, también herencia cercana del duartismo, que nunca mereció la designación de magistrado, y que ha figurado no hace mucho en las páginas de la nota roja de los periódicos por violencia intrafamiliar.

El Consejo de la Judicatura se integra por cinco consejeros. La presidenta del Poder Judicial, que fue nombrada por la gobernadora; los dos que he mencionado; uno más que en próximos días designará el Poder Ejecutivo, y otro por el Poder Legislativo. Como en los carteles de las corridas de toros, 5 de 5, de la ganadería maruquista.

Así las cosas, cabe preguntarse para qué diablos sirve ese rimbombante Consejo de la Judicatura del Estado de Chihuahua.