Cuando Óscar Alberto Aparicio Avendaño llegó a encabezar las tareas de seguridad en el gobierno de Javier Corral, ofreció mucho; dijo que cambiaría y limpiaría la estructura y operatividad de la Comisión Estatal de Seguridad buscando su mejoría, y hasta advirtió que cumpliría con sus deberes ciudadanos. La realidad lo ha desmentido: su desempeño lo ha colocado del lado del fracaso; no obstante, presenta su asombroso currículum vitaeen el que menudean tareas ligadas a la inefable Procuraduría General de Justicia y títulos académicos, de aquí, de allá y de acullá.

En realidad sí sabe vestirse como Rambo, se cala bien los lentes oscuros y se acerca trajeado a las escenas del crimen portando el infaltable teléfono celular, pero fuera de esa escenografía, en la que también se exhibe portando armas, la inseguridad galopa a toda velocidad en Chihuahua que amenaza con devorar al gobierno.