dmz-pri-27abr2015

El candidatucho Alejandro Domínguez, aspirante priísta a diputado por el Octavo Distrito, se fue de la lengua en una larga entrevista que sólo un medio digital como Tiempo puede publicar, para cobrar después en las arcas públicas. En realidad se trata de una entrevista intrascendente si no fuera porque él caracteriza la sólida denuncia penal presentada contra César Duarte, como un “dicho que los responsables tienen que acreditar ante las autoridades correspondientes”, aparte de insinuar que es una especie de litigio de periódico. Nada más puede brotar de la boca de un priísta cómplice de la tiranía, no sabe otra canción, como ya lo demostró cuando fue diputado local y dueño del cencerro con el que pastoreó a los asistentes de Duarte en el Congreso. Señor candidato, está usted equivocado, en primer lugar sólo hay una persona como denunciante, no son varias, como usted se obstina en decirlo. Por otra parte, si bien es cierto tenemos que hacer aportaciones tendientes a acreditar hechos y circunstancias, el Ministerio Público es el que realiza la investigación y lo hace a través de una Unidad Especializada en delitos financieros.

Bien se ve que su discurso favorable a la impunidad lo lleva a pensar que somos los ciudadanos o en general las personas que denunciamos los que tienen la carga de probar, en una chata visión de la procuración de la justicia en el país. Pero qué más podemos esperar del aspirante si su carrera la ha fincado en la obediencia ciega a lo que le ordenan, sea lo que sea. Pero como además de lo que se trata es de denostar y el león piensa que todos son de su condición, se va de bruces cuando miente en relación al autor de esta columna cuando lo señala que en su calidad de diputado local nunca presentó su declaración patrimonial. Obviamente que tal afirmación es falsa, pues un incumplimiento de este tipo hubiera sido noticia. Pero esto no se agota aquí: en efecto, cuando fui diputado en la LXI Legislatura que tuvo como líder de la mayoría al profesor Mario Tarango Ramírez, presenté mi declaración y la hice pública en mi sitio web para que cualquier ciudadano pudiera acceder a ella. El hecho pasó como intrascendente. Quiero decir que la prensa no le dio mayor importancia al hecho porque eso habría influido para exigirle a los otros 32 diputados que hicieran lo mismo. Con esta aclaración no pretendo aparecer como un virtuoso o cosas por el estilo, simplemente quiero decirle que es usted, Alejandro Domínguez, un mentiroso y que el digital Tiempo ni siquiera revisa su hemeroteca, si acaso la tiene.